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Las 5 Vocales  

Expresa obsequiosidad
CON PALABRAS  |  CON GESTOS  |  CON ACTITUDES  |  EMOCIÓN ANHELADA



¿Qué es obsequiosidad?

Es la cualidad de ser generoso, de dar obsequios, una inclinación interior de desprendimiento cuyo propósito es regalar algo de valor a otra persona, que puede resumir, en un gesto o actitud, todo el aprecio, empatía, interés y respeto que se siente por ella. Es darle algo agradable con una actitud sincera y afectuosa, sin hipocresía.

¿Por qué es tan difícil?

La generosidad es rara porque el egoísmo se opone a ella. El egoísmo predomina en la sociedad moderna. Vez tras vez los principales medios de comunicación anuncian publicidad, noticias y hechos que ilustran claramente dicha tendencia: Yo primero, yo segundo y yo tercero. Por eso la generosidad es una emoción tan difícil de manifestar y, al mismo tiempo, una cualidad muy deseable. Quienes la expresan, caen bien a los demás. Muchos grandes empresarios reconocen que fue acertada la decisión de incluir la generosidad en la política de la compañía.

La manera de dar vale más
que lo que se da.

Peter Corneille

Con palabras

"Permíteme regalarte este...", "Me gustaría obsequiarte este...", "Mi tiempo es tuyo", "Puedes quedarte con él, te lo regalo", "¡Para ti, es gratis!", "Te daré un buen descuento", "Te perdono la deuda", "¿Puedo invitarte a comer?", "Pídeme lo que quieras", "¿Qué te gustaría que te regalen?", "Este es un souvenir", "Llévate dos por uno".

Con gestos

Espera el mejor momento en vez de hacerlo en un día esperado. Aprovecha el factor sorpresa. Entrégale el regalo personalmente con una sonrisa sincera o mediante un mensajero.

Con actitudes

Deja el obsequio bajo la almohada o dentro de un cajón. Escoge un papel de regalo de buen gusto y envuélvelo decorativamente. Da en el clavo del gusto o la expectativa. Escoge un lugar agradable. Por ejemplo, cierto padre dejó durante la noche la llave de un automóvil nuevo bajo el cepillo de dientes de su hija. Estaba envuelta con sencillez en un decorativo papel de regalo, un paquete muy pequeño dentro del cual había una nota que decía: "Soy azul y deseo estar contigo por mucho tiempo. Tus padres dicen que te merezco por ser una buena hija. ¡Por favor, apúrate! ¡Estoy esperándote en la puerta y espero que me cuides con mucho amor!".

Una emoción anhelada

Sí, desde el comienzo de la humanidad los regalos sinceros, lícitos y sencillos han abierto de par en par hasta los corazones más atrincherados, convirtiendo una desavenencia en una amistad restaurada, iniciando conexiones duraderas e inolvidables, fortaleciendo vínculos que de otro modo se hubieran desvanecido, grabando mensajes emocionales que de ninguna manera el tiempo y la distancia lograron borrar.

Por lo general, un recién nacido recibe muchos regalos de los demás. Todos quieren darle algo. Recibe juguetes, ropa, comidas deliciosas y muchas atenciones. La generosidad siempre ha sido un sentimiento básico que se ha interpretado como una expresión de altruismo y afecto sincero.

Aparte de expresar y reforzar los sentimientos de amistad, las diferentes manifestaciones de generosidad hacen que se fortalezcan las conexiones sociales de manera permanente, porque la otra persona jamás lo olvida. Sobre todo, como decía Corneille: "La manera de dar vale más que lo que se da". ¡Sí! La generosidad y la manera de exresarse fortalece mucho las relaciones humanas.

Pero también es prudente una advertencia respecto a recibir regalos. Hemos visto que dar un regalo es una expresión que resume todo el aprecio, la empatía, el interés y el respeto que sientes hacia la otra persona. Por lo tanto, es una cuestión delicada la manera como agradeces a los demás cuando te dan un regalo.

Por ejemplo, imagina que das varias vueltas por una enorme tienda, pensando "¿Qué le regalo?", porque quieres que el regalo represente todo el afecto que sientes en tu corazón. Pero cuando finalmente decides, lo escoges y se lo llevas a la otra persona con gran ilusión, te dice: "No me gusta. Prefiero que lo regreses y me des el dinero para comprarme lo que yo escoja". ¿Cómo te sentirías?

Si tomas la iniciativa de decirle: "¿Qué prefieres? ¿Un regalo o que te dé el dinero para que te compres algo?", no hay problema, porque eso es lo que tú deseas. Pero si le das un regalo, esperarías que te dijeran: "Gracias", no "dame el dinero". Eso sonaría egoísta, nada agradecido. En tal caso, no sentirías la felicidad propia de la generosidad.

Algo similar aplica a la relación con un auditorio, con la salvedad de tener en cuenta el grado de sinceridad y afecto con que se despliega el acto de generosidad. Aunque, por un lado, un regalo o beneficio podría fortalecer la relación, por otro podría verse como un simple acto de hipocresía, para quedar bien, lo cual echaría a perder el impacto positivo del gesto.

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