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Las 5 Vocales  

Expresa urbanidad
CON PALABRAS  |  CON GESTOS  |  CON ACTITUDES  |  EMOCIÓN ANHELADA


¿Qué es la urbanidad?

La urbanidad es la cualidad de la cortesía, de los buenos modales y costumbres. Una persona cortés y bien educada es siempre bien recibida en casi todas partes. La urbanidad tiene la caracterísitca de producir un efecto similar en quien la recibe. De ahí el dicho que reza: "Respetos guardan respetos". Es decir, si respetas a los demás, los demás te respetarán en cambio. De modo que la urbanidad es sinónimo de respeto.

Si uno aborda a alguien con actitud displicente, sobrada, menospreciativa, hasta arrogante y dominante, sin duda obtendrá una reacción negativa, poco cooperativa, y sospechosa. Lo que pudo haber tenido un buen resultado termina siendo un fracaso. Definitivamente cualquier negociación se va al agua, y con ella, cualquier inversión de tiempo, esfuerzo y dinero. En cambio, si uno inicia la relación teniendo en cuenta que el respeto mutuo es vital, antepondrá los intereses de la otra persona de modo que perciba un clima de equilibrio entre las partes, favoreciendo la reacción.

Esto es especialmente importante con los desconocidos que suelen usar los primeros minutos de una conversación para evaluar con su instinto emocional cuán sincero, respetuoso u honrado es su interlocutor. Porque cualquier hipócrita puede disfrazar su actitud estrechando las manos con signos exteriores de respeto y cortesía ("¡Cuánto gusto de conocerlo! Es un placer!"), pero cuando la otra persona lo pone a prueba, se quita la máscara, pierde los papeles y termina portándose como un patán y nada más que un bravucón, egoísta y despreciativo ("Si no tiene lo que me interesa, puede irse al infierno. Tratar con usted ha sido una pérdida de tiempo y nada más"). Por eso, recuerda esto: "Sin respeto, no obstendrás nada".

Las reglas de trato que definen, redactan y actualizan ciertos representantes de los diferentes grupos sociales en una comunidad, desde el simple círculo familiar hasta los más elegantes clubes, desde las pandillas de la calle hasta todos los estratos de las fuerzas armadas, generalmente tienen como propósito diferenciar claramente a sus miembros de los demás grupos de modo que se sepa que los unos no pertenecen a los otros, y el que no demuestre ser del grupo, usualmente terminará siendo segregado de alguna manera. En otras palabras, no cumplir con el estricto protocolo aceptado por los demás miembros del grupo se considera una falta de respeto o de urbanidad, lo cual puede llevar a una sanción que vaya desde algo tan aparentemente leve como la segregación hasta los castigos más inhumanos, dependiendo del tipo de locos que dirijan al grupo y tracen su política.

Cualquier cosa puede ser tomada como punto de referencia para que se establezcan las normas de un grupo. El color de la piel, la estatura, la masa muscular, la nacionalidad, la manera de saludar, la manera de conversar, la manera de andar, la manera de vestir, la manera de llevarse los alimentos a la boca. Por ejemplo, usualmente, en las prisiones los delincuentes más influyentes consideran una grave falta de respeto que otros delincuentes los miren o fijen la mirada en ellos. No exageramos al decir que hasta podrían pagarlo con la vida. Es irónico que los reos más incorregibles, los que en las calles solían ser irrespetuosos con todo el mundo, ahora exijan nada menos que el más estricto respeto de parte de los demás reos. Los irrespetuosos ahora exigen el cumpimiento de un estricto protocolo de respeto, reconociendo así que el respeto no es broma, ni fuera ni dentro de la cárcel.

En cierta comunidad del África tal vez se exija a sus miembros andar desnudos, mientras que en otra, vestidos con largas túnicas. En la primera, sería irrespetuoso andar vestido, y en la segunda, andar sin ropa. En cierta comunidad quizás se exija la circunsición femenina, pero en otras, se considere un crimen detestable. Si uno no hace lo que los líderes del grupo han determinado, se considera una falta de respeto a todo el grupo, aunque sus normas parezcan totalmente diparatadas a los demás. Todo por causa de un egoísta afán segregacionista, a veces totalmente irracional.


Lamentablemente, la segregación les duele a unos más que a otros, y aún a otros ni siguiera les importa. Por ejemplo, una persona de cierta raza o nacionalidad, o que se comporte de manera diferente a los demás, tal vez comience a sentir que la segregan, y con el tiempo, sentirse humillada, abrigar un profundo resentimiento y reaccionar violentamente contra uno o más miembros del grupo como expresión de su frustración. La falta de respeto a las normas básicas del grupo puede conducir, por un lado, al resentimiento de los que dominan el grupo, tal vez despertando en ellos el deseo de hostigar o burlarse del miembro rebelde; y por otro lado, resentir al que se siente segregado.

Si los consejos que aquí se dan no sirven en tu comunidad, debes averiguar lo que se acostumbra como normas de urbanidad y esforzarte por respetarlas, sobre todo las relacionadas con el respeto a la autoridad establecida legalmente. Lógicamente, no te sugerimos acatar cuanto mandato se les ocurra, puesto que el ser humano en última instancia está obligado a respetar la conciencia individual, tal como lo señalan los acuerdos de Derechos Humanos.

El punto es que el respeto es una cualidad fundamental de las relaciones humanas provechosas, y consiste en conservar una distancia prudente en sentido físico, material, intelectual, emocional, social y espiritual con las demás personas. La falta de respeto a la dignidad humana puede socavar el amor propio de una persona y resentirla hasta el punto de despertar en ella las reacciones más diversas o adversas, desde una frustración leve que pudiera disiparse en minutos hasta la ira recalcitrante que se acumula a lo largo de los años y pudiera resultar en un asesinato en masa. ¡Jamás menosprecies el resentimiento que despierta la frustración que resulta del faltamiento de respeto a la dignidad humana, no importa la raza o nacionalidad, la religión o tendencia política! Todos merecemos respeto.

La próxima vez que alguien llegue de visita a tu casa deseándote cosas buenas, no le digas: "¡Lárgate de aquí, tarado!", sino: "¡Gracias por la visita, ha sido muy amable de tu parte!". Eso significa respetar la dignidad humana.

¡Conserva tu distancia!

Si un automovilista conserva su distancia, contribuye a evitar accidentes de tránsito. Igualmente, demuestras admiración por las personas cuando permites que exista una distancia emocional prudente entre tú y ellas. Es un acto de urbanidad y deferencia que se agranda o acorta dependiendo de las circunstancias o de la clase de relación envuelta. Refleja tu nivel cultural y la clase de educación que recibiste en el hogar y en la escuela.

¿Pero quién establece los buenos modales?

Lo mismo que un idioma o lenguaje cuyas reglas son fijadas por sus hablantes, las normas del respeto son fijadas por los diferentes grupos humanos para distinguirse los unos de los otros. Lamentablemente, algunos elevan sus exigencias a niveles exagerados estableciendo normas que no solo distinguen a unos de otros, sino que marcan distancias específicas, estrictas y enredadas cuyo fin es discriminar o relegar a quienes las desconocen. Eso nada tiene que ver con el respeto natural. En todo caso, se han convertido en normas tejidas en torno a costumbres y tradiciones locales transmitidas de generación en generación, que los mayores esperan que los jóvenes las aprendan y las respeten inconcusamente.  VER EJEMPLO JAPONÉS  |  MÁS

Con palabras

Usa la forma "tú" al dirigirte a otra persona solamente cuando esta haya permitido que la relación llegue a un punto de mutua confianza estrecha, como, por ejemplo, entre amigos. De otro modo, te sugiero usar siempre "usted", sobre todo, si la otra persona ocupa un cargo de autoridad y están en presencia de terceros, o si se trata de un extraño. También si en ningún momento te ha dicho: "Trátame de tú".

Con gestos

Tomar la iniciativa al saludar a las personas si se cruzan las miradas dentro de cierta zona común. Por ejemplo, un condominio, una oficina o club. Esquivar la mirada después de haber hecho contacto generalmente podría interpretarse como un esconderse emocionalmente. En vez de tomar la iniciativa para estrechar las manos, te sugiero esperar a que la otra persona se manifieste primero, ¡reacciona inmediatamente correspondiendo el gesto! A veces, una leve venia a la distancia puede ser suficiente para expresar cortesía. Evita los aspavientos y otros despliegues bruscos y exagerados.

Con actitudes

Siempre saludar primero que la otra persona, y con mayor prontitud si esta ocupa un puesto de autoridad superior o se trata de un cliente o visita de la empresa. Seguir adelante con el cuello erguido y la mirada al frente sin tener en cuenta a los demás se considera como arrogancia y falta de cortesía. Devuelve cuanto antes una llamada. Responde cuanto antes una carta. Pregunta y repite el nombre de la otra persona. Préstale atención. Haz preguntas discretas y bien pensadas. Averigua qué necesita o desea. Apresúrate al servirla. Evita moverte a paso de tortuga. Menciona que recuerdas datos y hechos de la conversación anterior.

Una emoción anhelada

Por lo general, un recién nacido recibe abundantes muestras de respeto de parte de los que lo rodean. Respetan su sueño, respetan su período de alimentación, respetan sus llantos y responden a estos rápidamente, respetan sus quejas, respetan su ropa, respetan su cuna, su habitación y todo cuanto se relaciona con él, sobre todo, si es el primer hijo. Todos están atentos a sus reclamos y necesidades. Algunos llegan al extremo de girar como planetas en su derredor, respetando hasta sus más exigentes caprichos.

Aparte de expresar y reforzar los sentimientos de acercamiento mutuo, las diferentes manifestaciones del respeto hacen que se mantenga una conexión social fuerte entre las personas. Mejora y enaltece mucho las relaciones humanas.

Algo similar aplica a la relación con un auditorio, con la advertencia de que se puede usar la expresión "usted" o "ustedes" y "tú" dependiendo del grado de confianza que existe entre el orador y sus oyentes, y de la ocasión envuelta, en cuanto a si es formal o informal.

Para conocer las diferentes normas, sugerencias o costumbres locales relacionadas con el respeto, la cortesía o la etiqueta en diferentes latitudes de la Tierra, puedes ingresar a un buscador de Internet, como Google, y escribir las palabras clave ETIQUETA y el nombre de tu país o localidad. POR EJEMPLO

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