Por qué ser un oyente responsable
Responsable es la persona que responde a
la altura de las
circunstancias,
o que responde o rinde cuentas por
aquello que se le encomienda.
Si aceptas una tarea, te haces responsable de llevarla a
cabo. Por
ejemplo, el piloto de un avión es responsable del avión y todo lo que
hay en
él, incluidas las vidas de los pasajeros. Solo se permite que un avión
de
combate de decenas de millones de dólares sea pilotado por un aviador
que haya
demostrado tener, entre otras cualidades, un elevado sentido de
responsabilidad.
Aunque comentar desde el asiento o aceptar una invitación del expositor a pasar al frente y hablar ante el auditorio sea muy diferente de pilotar un avión de combate, abrir la boca en público ciertamente es una gran responsabilidad, porque lo que dices influye definitivamente en las decisiones y la vida de los demás.
Para todo hay un tiempo. Un salón de conferencias es un lugar respetable. A menos que haya sido preparado para comer o beber se consideraría de muy mala educación abrir una bolsa de dulces o galletas y comenzar a repartirlos a tus amigos, o destapar una botella y comenzar a sorber de ella como si estuvieras en la playa, en un parque, en el teatro o un cine. Todo tiene su lugar y momento. El sonido de las bolsas de galletas se percibe a gran distancia en un auditorio. Es más decente esperar al término de la conferencia para disfrutar de esas cosas en otro lugar.
Por otro lado, un oyente responsable cultiva el autodominio y tampoco causa distracción a otros oyentes cuchicheando, murmurando o haciendo comentarios en voz baja después de cada declaración del orador. Eso distrae la atención, perturba la concentración y echa a perder el esfuerzo del orador por captar toda la atención de sus oyentes. En otras palabras, atenta contra el éxito del discurso. A menos que se trate de una conferencia en la que tradicionalmente todos digan "¡Amén!" cada vez que les provoca, te sugiero evitar hacer comentarios en voz baja.
Por eso, al asistir a una exposición o participar desde tu asiento o en cualquier ejercicio práctico que el expositor proponga, asegúrate de contar con la autorización de la entidad organizadora (boletos, entradas, pagos, recibos, credenciales) y de que tu participación sea del todo decente y edificante. Eso significa ser un oyente responsable.
www.oratorianet.com
¿Oratoria del siguiente nivel?
Todos quieren mejorar su nivel, pero pocos
están dispuestos a estudiar
y experimentar lo que se requiere
para lograrlo.
Supongo que la mayoría de los oradores que suben a los
escenarios no
tienen ni la más remota idea de la diferencia entre un principio de
oratoria y
una regla, mucho menos de los principios de motivación, relaciones
humanas y
ventas. Para lanzarse al ruedo les ha bastado con que alguien les diga
"Hablas muy bien". Son pocos los comunicadores conocidos que
realmente han invertido tiempo, esfuerzo y dinero por mejorar su
entendimiento
acerca de cómo funciona la oratoria en
la comunicación.
¿No crees
que antes de aprender a correr es importante aprender a
caminar? Por eso, antes de pensar en pasar a lo que muchos llaman
oratoria del
siguiente nivel, es adecuado comenzar por revisar los fundamentos de la
oratoria, y repetir el proceso por lo menos una vez al año, para
entender el
por qué y cómo de tantas variables.
El primer
nivel
El primer
nivel, si es que en realidad existe un primer nivel, sería el
natural y espontáneo, que se basa en la
palabra hablada. Decimos que el habla es eficaz cuando se entiende
claramente,
aunque no necesariamente se ajuste a las recomendaciones de una entidad
oficial. La lengua española ha sido estudiada a fondo por
Si
consideras que tu oratoria es eficaz solo porque hablas
razonablemente bien el idioma español, permíteme decirte que ese no es
el
punto. La oratoria va más allá del habla contidiana o de la escritura
espontánea (heurística).
Implica entender y aplicar ciertos principios y procedimientos que
la hacen eficaz en otros sentidos.
El segundo
nivel
El siguiente nivel, si es que en realidad existe un segundo nivel, es el que por estudio y experiencia te permite hablar con corrección. No solo consiste en conocer y aplicar los principios de oratoria, motivación, relaciones humanas y ventas, sino del idioma mismo.
¿Es necesario? Depende. Si hablas de pasar al siguiente nivel, sí. Y si lo quieres considerar desde el punto de vista de los niveles, podría pasarme toda la semana hablándote del tercer nivel, del cuarto, del quinto y así sucesivamente, abarcando aspectos detallados sobre muchos campos relacionados. ¿Por qué? Porque la oratoria es una forma de comunicación exquisita del ser humano que implica la cultura en general, los conocimientos, la idiosincrasia, la mayéutica y un cúmulo de experiencias cargadas de anécdotas, historias, ejemplos e ilustraciones.
Por eso, cuando alguien me habla de la oratoria del siguiente nivel, me pregunto si estará dispuesto a leer tanto como se necesita. Cualquiera puede lanzarse de periodista, pero solo un verdadero periodista sabe todo lo que envuelve, desde la selección de los temas, la investigación de los detalles, la organización del pensamiento, el autodominio personal y la comunicación eficaz de una noticia. Un periodista no es alguien que viste bien y sale en televisión gritando titulares que escandalizan a la población. Algo similar podemos decir de un orador del siguiente nivel. No se trata de alguien que simplemente habla bien o ha memorizado unas líneas para repetirlas como un loro.
Por eso no me gusta ver la oratoria como un arte que se practica por niveles o grados, como si los elementos del llamado siguiente nivel no fueran necesarios para los que están en el que sigue, o como si los elementos del primer nivel fueran a abandonarse algún día como quien deja el biberón. Prefiero verla como un asunto de madurez. Puedo hablar de alguien como de un "novato" o "principiante", y de "experimentado" o "hábil" en oratoria. Pero opino que no debería clasificarse como si se tratara de sargentos, capitanes o generales, o de cinturones blancos o negros.
Una persona alcanza la madurez en oratoria cuando llega al punto en que todas sus decisiones relacionadas con la preparación y presentación de sus discursos se basan estrictamente en los principios éticos de la oratoria y las relaciones humanas. Una vez llegado a ese punto, su progreso se convierte en una consecuencia natural de dichas decisiones. No es una cuestión de niveles ni grados, porque tal como en el aspecto físico, intelectual, emocional y espiritual, no creo que existan grados de madurez. Porque o eres o no eres maduro. Una vez alcanzada la madurez, el resto es solo una cuestión de forma, estilo y especialidades. Cierto orador tal vez se especialice en la oratoria procesal, otro en la histriónica y aun otro en la espiritual, y así sucesivamente. (VER EL LINK TIPOS, ESTILOS Y FORMAS DE ORATORIA EN NUESTRA PÁGINA PRINCIPAL).
La oratoria es un arte expansivo, como la pintura y la música. Poco a poco el orador responsable acumula conocimientos y experiencias que enriquecen sus discursos y su personalidad. Tengamos en cuenta que hasta un elefante puede pintar usando su trompa y dar a su dueño extraordinarios ingresos por las obras, pero no está consciente de lo que hace. Los demás elefantes no se detienen a meditar en ello. En cambio, el arte es una actvidad consciente, y por tanto, como seres humanos aprendemos a valorarlo y apreciarlo.
Un solo nivel
Si lo ves como un asunto de niveles, para mí solo existen los niveles que uno mismo se traza en su propia mente y corazón, de acuerdo a cómo entiende su propio progreso. Lo importante es que cultives la habilidad de hablar en público de manera que tu capital humano se incremente constantemente, desde el punto de merecer un rendimiento por su inversión hasta el de simplemente disfrutar del placer de tomar la palabra en cualquier momento. Esa es la meta de Oratorianet.com.
El éxito de
ventas En Busca de
Ahora Peters ha descubierto su siguiente nivel. Dice que la excelencia ya no le interesa, porque ha descubierto que el mundo cambia muy rápido y la excelencia permanece demadiado estática. Ahora dice que lo que más le interesa es lo interesante, y ayudar a la gente a entender que nadie puede llegar a ser veloz sin práctica ni experiencia. Es decir, todo comienzo siempre es lento en comparación con cualquier desarrollo posterior, y todos fuimos algún día mediocres en aquello que después logramos dominar.
Lo que quiero decir es que de seguro hay niveles del entendimiento, pero nadie necesita separarlos meramente para clasificarse o clasificar a los demás. Son solo etapas que dependen de la velocidad con la que las personas podemos descubrir, experimentar y aprender las cosas que vienen después. En todo hay una etapa de inmadurez y una etapa de madurez. Punto. Como dice Peters, "no hay sustituto para aprender más de forma más rápida". La única receta para progresar depende de la intensidad de nuestra curiosidad, de probar las cosas, de ver qué funciona y desechar lo que haya que desechar... para luego repetir el proceso una y otra vez. Es todo.
Por eso, no veas tu oratoria como un asunto de niveles ni de ganar concursos de excelencia. Eso es para los que se pasan toda su vida en el primer nivel. Tu oratoria es una habilidad peculiar de capital humano cuya curva eterna de aprendizaje te hará disfrutar más de la vida... y a sacarle más provecho.
Si piensas
asistir a una conferencia o seminario, te conviene
inscribirte
y llenar los requisitos estipulados por el
organizador.
Asiste puntualmente el día y hora exactos para
evitar inconvenientes o
distraer.
Viste y arréglate de acuerdo con las circunstancias y a la dignidad de la ocasión.
Evita dar la impresión de que tus sugerencias sobran. Toma la iniciativa e involúcrate sin temor. Como en toda inversión, recogerás de la reunión lo que personalmente siembres en ella. Si participas poco o nada, te beneficiarás poco o nada; si participas un poco o mucho, te beneficiarás un poco o mucho; porque uno se beneficia de una reunión en la medida en que se involucra.
Toma nota de los puntos principales de la conferencia. Te ayudará a concentrarte más y te permitirá usarlos durante la sesión, para formular preguntas; al término de la exposición, para dialogar con los demás delegados; o para repasarlos posteriormente, cuando llegues a casa o cuando quieras preparar un discurso.
Presta
atención a las explicaciones y muestra civismo concentrándote.
Por ejemplo, ¿sería mostrar concentración y respeto si leyeras material
ajeno a
la exposición, fomentaras el caos haciendo comentarios fuera de orden,
hablaras
de asuntos de poca importancia por teléfono celular, hicieras ruido con
tu
buscapersonas, roncaras, salieras y entraras o cambiaras de asiento
constantemente? Sería mejor que prestaras atención.
El auditorio asiste para considerar asuntos específicos mostrados en un menú de programa. Si desvías el asunto por donde te dé la gana, la mayoría tendrá razón para sentirse mortificada. El mensaje silencioso que enviarías sería: "Lo que ustedes están tratando me importa muy poco". Recuerda que la reunión es de todos, en conjunto. Por eso, te sugiero lo siguiente:
Pide la palabra sin exigirlo. Quien esté hablando se reserva el derecho a concederte intervenir.
Si piensas que, a pesar de todo, es imprescindible interrumpir a quien expone, puedes enviarle una nota discretamente. Sería inculto que vociferaras. Usualmente hay un presidente de reunión que canaliza las solicitudes. Puedes participar abiertamente solo cuando se invite al auditorio a preguntar o comentar. Todos esperan que la persona que expone promueva la intervención del auditorio.
Legalmente
se considera que interrumpir a un orador contra su voluntad, o
interrumpir de otro modo una reunión con el fin de hecer prevalecer una
voz ajena o contraria al espíritu y agenda de dicha reunión, es una
clara y abierta violación al Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice, en parte: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y
expresión, derecho que incluye no ser molestado a causa de sus
opiniones [...]".
Por eso también es una provocación y un ataque directo a los principios fundamentales de la democracia.
Si los revoltosos no se avinieran en paz, se esperaría que las fuerzas
de orden intervinieran para reprimir y reprender la impertinencia
restableciendo el orden.
Cuando participas, contribuyes a la edificación del grupo. Si no participas, solo te beneficias de la participación de los demás. Participar indica a todos que quieres formar parte del grupo y asumes la responsabilidad por la parte que te corresponde, cooperando para el éxito de la reunión. No participar indicaría que solo estás allí para beneficiarte, no para involucrarte ni sentirte partícipe de lo que se logre. En realidad, participar, o no, es una actitud que le indica al organizador si aprecias o no la reunión.
El aplauso como forma de participación
Dependiendo de las motivaciones del publico en particular, cuando el aplauso se prolonga mucho, significa más que una expresión formal de agradecimiento y aprecio. Puede que signifique: "Te amamos y apreciamos muchísmo", lo cual no tiene nada de incorrecto, porque manifiestaría un aprecio aún más profundo.
No es exageración. Cuando un programa de televisión que documentaba la biografía de la famosa artista Britney Spiers resaltó la responsabilidad de la madre y otras personas allegadas a ella por ciertos fracasos personales de la joven, hasta publicando comentarios desagarradores de amigos y familiares respecto de su intimidad familiar, algunos espectadores seguramente se preguntaron: "¿Y acaso el sistema no conduce casi siempre a la mayoría por el mismo sumidero del endiosamiento, y por tanto, no es corresponsable como comunidad por dicha influencia, es decir, por haber inflado el ego de niños y jóvenes, y por ende de sus padres, al alabarles y aplaudirles excesivamente? ¿Y acaso no se supone que los padres deben apoyar a sus hijos cuando estos quieren ser famosos, ya sea como artistas, científicos, gobernantes u otra cosa? Y si toda la familia se beneficia económicamente, ¿acaso no hubieran hecho lo mismo todos, incluido el productor del mencionado documental si uno de sus hijos hubiera sido tan aplaudido? ¿Acaso la sociedad no sigue siendo responsable cuando después se hace escarnio de ellos publicando documentales como el mencionado? La inflación del ego rara vez ha conducido a algo bueno.
El aplauso
como expresión de felicitación y alabanza tiene su lugar en
la oratoria; pero más allá de una manifestación razonable podría
sembrar semillas de vanidad y egolatría.
Lo contrario del aplauso y la alabanza
www.oratorianet.com
Esfuérzate por sintonizar con la exposición reflexionando y atando cabos.
2. Insiste manteniendo en alto tu mano para solicitar la palabra solo cuando sea pertinente. Si notas que no te conceden la palabra, no insistas. Espera otro momento.
4. Cavila en la exposición después de terminada la reunión, a fin de retener en tu memoria la mayor cantidad de puntos de vista y detalles.
6. De ser posible, colabora activa y plenamente en todos los ejercicios cuando la persona que expone solicite participación del auditorio. Juega tu mejor papel.
Por qué mejorar tus cualidades
Por ejemplo, tienes derecho a la libertad de expresión y puedes ejercerla cuando desees. Si por ahí te enteras de que tienes algún complejo, probablemente llegues a la conclusión de que te conviene consultar con un consejero que te ayude a liberar algunos temores ocultos, para que puedas expresarte con total libertad. Si careces de complejos y te consideras una persona segura de tí misma, porque te sientes libre de expresarte donde y cuando quieres, puedes ejercer tu derecho con más facilidad que otros. ¡Abre la boca y di lo que quieras! Solo ten presente que conseguirás mejores resultados si tienes en cuenta algunos consejos prácticos sobre oratoria. ¿Por qué?
www.oratorianet.com
Aunque cierta persona del mundo de los negocios, que había sido elegida para presidir un organismo, se jactaba diciendo: "A mí me basta con ponerme de pie y hablar con franqueza", un día se vio obligada a reconocer que su franqueza había erosionado su imagen. Antes de su nombramiento muchos la admiraban; en cambio, después, ¡qué desagradable fue ver grandes titulares en los periódicos: 'PÉSIMA ORATORIA'! Sí, aunque se trataba de una persona muy franca que en otros campos tenía mucha experiencia, había descuidado sus cualidades para exponer. Suponía, erróneamente, que con la franqueza bastaba. Pasó por alto el hecho de que había llegado el tiempo de imprimirle un estilo a su manera de hablar, o fracasar rotundamente.
Ten en cuenta que ninguna persona es perfecta, que todas tenemos acentos diferentes y personalidades muy variadas, y que por más que nos esforcemos por deshacernos de nuestro defectos, todavía podemos seguir progresando mientras nos quede vida.
Reconoce que el auditorio está plenamente justificado a preguntarse: "Y eso, ¿a mí qué me importa?", "¿Por qué he de tener en cuenta eso?", "¿Me beneficiará?", "¿Me aburriré?". Prepárate teniendo en cuenta esa postura común y justificada. Abundan los oradores que desilusionan a sus auditorios con una conferencia tediosa y enredada, desprestigiando a los que vienen después.
www.oratorianet.com
Evita hacer anuncios de índole personal por el sistema de altavoces, tales como: "Deseo enviar un saludo a mi mamá que me está mirando", "Este es un momento propicio para felicitar a mi secretaria por su cumpleaños", "Si alguien me puede llevar en su automóvil al final de la reunión, le estaré muy agradecido". Esa clase de anuncios restan dignidad a la ocasión y proyecta una imagen débil de tu persona. Sería como vender chicharrones en la puerta de una lujosa tienda de automóviles.
En caso de suma urgencia, como requerir a tu secretaria, coordina con ella antes de la conferencia para que esté alerta a algún gesto tuyo, como agarrarte el mentón, que podría significar: "Ven de inmediato" o "Llámame a mi celular en este momento" (En tal caso, te recomendaría cuidarte de cogerte el mentón por gusto). Por supuesto, no se sugiere usar el celular a no ser por emergencia.
Si deseas aclarar alguna duda que surgió en tu mente durante la exposición o solicitar una ampliación, aborda en privado a la persona que expuso la idea al concluir la reunión. Valorará tu sana curiosidad. A cualquier orador le agradaría saludar a alguien que mostró un interés excepcional.
Cuídate de solicitar autógrafos cuando el hacerlo mostraría falta de tacto o fomentaría el desorden. Algunas personas que exponen detestan firmar autógrafos. ¿Quisieras que te hagan un desplante? Primero asegúrate de que el gesto caerá bien, luego solicita lo que quieras.
www.oratorianet.com
Una de las
razones por las que algunas personas prefieren mantener un
perfil bajo y evitar expresarse en público es que reconocen que se
convertirían
automáticamente en el blanco de la crítica del auditorio. Saben que el
público
va a formarse una opinión, sobre todo si es muy exigente o asume la
posición de
'todos contra uno'. Por otro lado, es materialmente imposible que la
persona
que expone satisfaga a la totalidad de sus oyentes. Solo puede aspirar
llegar a
la mayoría. Es normal que alguien se queje.
Si bien el auditorio tiene derechos, porque la finalidad de un discurso o exposición es beneficiarlo con material de valor práctico que le ayude a reflexionar y mejorar su calidad de vida, tú también tienes ciertos derechos, por ejemplo: Independencia de criterio, libertad de pensamiento, conciencia y religión, bienestar y salud. Veamos otros:
2. Un ambiente apropiado para la exposición, libre de factores que distraigan.
4. Una merecida cortesía y respeto de parte del auditorio.
6. Dedicar una porción de la sesión a escuchar las preguntas del auditorio.
8. Responder a cualquier malentendido o entredicho que alguna de tus declaraciones hubiera suscitado durante la exposición.
10. Recibir notificación anticipada acerca de cualquier suspensión o peligro de suspensión de tu exposición, y a recibir una compensación por el perjuicio que esto te ocasione.
12. Suspender la exposición si el organizador ha incumplido parte del trato.
14. Recibir una compensación extraordinaria de parte del organizador por cualquier trabajo solicitado que te demande a) energía o tiempo adicional a los que invertirás en la exposición misma y/o b) la preparación de un horario diferente al acordado formalmente. Por ejemplo, modificar un horario que ya estaba separado en agenda o para evaluar a los participantes o evaluarlos fuera de la fecha programada para ello, sacar promedios, atender consultas de asesoramiento, participar en la programación de conferencias que beneficiarán directamente al organizador, colaborar en la redacción de material didáctico, ceder temarios personales o derechos de autor, sobre todo si tu vínculo laboral con el organizador es independiente y el acuerdo solo implica compensar económicamente la exposición propiamente dicha.
Lamentablemente, exigir tus derechos como orador no siempre es posible ni práctico. En la mayoría de los casos los oyentes no creen que el orador tiene derechos, sino que es un servidor público y que los únicos que tienen derechos son ellos. Por lo que es mejor que te concentres en tu discurso, y/o, si tienes la responsabilidad de presidir la reunión, concentrarte en los discursos de los demás oradores, y dejar que el organizador se haga cargo de los detalles. A veces conviene más ceder que ser firme en pequeñeces que por concentrarte en resolverlas solo acumules estrés en tu mente y corazón.
www.oratorianet.com
Dicho con
sencillez, podríamos decir que un derecho es el permiso
legítimo que una persona tiene sobre lo que le corresponde, ya sea
porque las
autoridades así lo establecieron en su favor o debido a que lo
determinó la
naturaleza misma de las cosas.
Por otro
lado, después de mencionar que toda persona tiene derecho a la
vida, a la libertad y a la seguridad,
Veamos algunas sugerencias relacionadas con ciertos derechos que te corresponden cuando asistes a una exposición, cuando te conviertes en parte del auditorio, para que aprendas a ver las cosas desde el punto de vista de tus oyentes cuando te llegue el turno de exponer ante ellos.
Recuerda que tus oyentes tienen derechos. Por ejemplo:
Confiar en que la entidad organizadora te seleccionó como persona idónea para exponer.
Recibir el cumplimiento de la promesa de que se beneficiarán escuchando tus explicaciones, las cuales estarán estrechamente relacionadas con el asunto que les importa, y que le mostrarás puntos de vista de valor práctico que podrán utilizar.
Escuchar una presentación inteligente, específica y fácil de captar.
Recibir una explicación lo suficientemente vigorosa, oportuna y de buen gusto, como para grabar rápidamente en su memoria los puntos importantes y poder meditar en ellos después de terminada tu exposición.
Seguir sin dificultad, con lógica y coherencia, el hilo de tu exposición de principio a fin.
Expresar brevemente sus inquietudes en el momento que tú lo juzgues apropiado, y a hacerlo por escrito, verbalmente o por otro canal de comunicación aceptable.
Recibir un trato respetuoso, tolerante, afectuoso, generoso y estimado de tu parte y de los representantes del organizador y de otros miembros del auditorio.
Entablar libremente amistad con cualquier conferenciante, delegado o miembro del auditorio.
La legítima defensa de sus derechos naturales. Por ejemplo:
www.oratorianet.com
Cuando se trata de una conferencia para muchas personas, lo ideal es contar con un local adecuado a las circunstancias, donde los asistentes se sientan razonablemente cómodos y tengas a mano todos los elementos necesarios para la realización de la exposición. Por eso te sugiero que su tamaño vaya de acuerdo con la asistencia, así como la iluminación, la acústica, el sistema audiovisual, los servicios higiénicos y el estacionamiento, todo orientado para el beneficio del oyente, porque cuanto mejor acondicionado esté, tanto menor esfuerzo se requerirá de todos para lograr el propósito de una comunicación eficaz.
www.oratorianet.com
Más que solo valorar la exposición en tu fuero
interno, lo apropiado y
provechoso es que lo manifiestes con palabras y actitudes específicas.
Aborda a
las personas y encómialas. Evita parecer lo que se conoce como 'un
convidado de
piedra', es decir, que nunca se involucra o participa activamente.
Por eso, cuando asistas a una conferencia, piensa bien de las personas en vez de recrearte viendo sus defectos, criticándolas mentalmente; felicítalas en vez de condenarlas.
Muéstrate persona positiva, alegre, amistosa y comunicativa. Date cuenta de que actuando así fomentarás las relaciones humanas constructivas. Expresa afecto cuando otros manifiesten curiosidad por tu persona, como, por ejemplo, cuando quieran entablar un diálogo contigo. ¡Comunícate abiertamente! Cuando te pregunten cómo estás, di algo más que "Aquí". Por supuesto, si deseas hablar poco o rehusar una entrevista, estás en tu pleno derecho. Solo evita hacer comentarios destructivos.
Reacciona con armonía. Si una persona te dice, "¿me permite un minuto?", evita responderle: "Otro día". Por supuesto que si se trata de una persona pesada o impertinente que de ninguna manera entiende razones, tal vez le desagraden algunas respuestas directas. Descuida, tal vez esta sea la única solución.
Gánate el afecto del auditorio. Las personas que participan activamente en una conferencia, de modo que benefician al auditorio, tienden a ganarse el afecto de los presentes, porque contribuyen. En cambio, las que nunca se manifiestan tienden a ganarse el distanciamiento de los demás, porque su silencio puede ser interpretado como que solo asisten para sacar beneficio, nunca para dar de sí. Esa es una de las razones por las que conviene superar la timidez, para evitar parecer egoísta.
Muéstrate persona agradecida. Cuando la persona que expone, u otra persona, responda a tus preguntas, di: "¡Gracias!" fuerte y claro.
En general,
coopera con los organizadores y con la persona que expone,
poniendo todo de tu parte para que la reunión sea un éxito y que la
gente salga
beneficiada. Entonces tu satisfacción será completa.