2. Repite el ejercicio
del párrafo anterior, pero haciendo que el aire fluya
solamente por la boca; después repite el mismo ejercicio,
pero dejándolo fluir simultáneamente tanto por la
nariz como por la boca. Esto no debe hacerse en un ambiente muy
frío ni al aire libre.
3. Haz el mismo
ejercicio, pero aspirando y espirando cada dos palabras.
Después, cada tres palabras, después cada cuatro
palabras, después cada cinco, cada seis, y así
sucesivamente, hasta que puedas leer la primera frase con una sola
respiración, y después, las dos.
Después lee las ambas frases con una sola
respiración. Después lee dos párrafos,
después tres, después cuatro. Tu capacidad para
respirar es el límite.
4. Lleva las palmas de
tus manos a ambas orejas, como si imitaras una conversación
con dos teléfonos al mismo tiempo, y practica el ejercicio
mencionado, pero de manera que no oigas la inhalación ni
exhalación del aire. Evita el típico sonido de
aspiradora.
5. Suspira relajadamente
y lee la mayor cantidad de palabras con el poco aire que queda en tus
pulmones, pero diciendo la última palabra con más
fuerza que la penúltima. Luego lee la misma cantidad de
palabras con un suministro normal de aire.
6. Lee varias porciones
extensas de texto tomando un mínimo suministro de aire entre
una y otra. Recuerda que no debes jadear por aire ni dejar
oír tu respiración.
7. Si haces estos
ejercicios antes de levantarte de la cama, tus cuerdas vocales
estarán más relajadas. Si los haces caminando, tu
oxigenación será más completa.
Tips
Distingue
entre la "D" oclusiva (con cierre de la salida del aire) y fricativa
(cierre parcial de la salida del aire). Por ejemplo, la palabra DEDO
suena horrible si lees las dos como oclusivas; y lo mismo puede decirse
de
la "B", si dices "piperón". Sería una pronunciación exagerada.
Cada vez que tomes aire, procura que tu respiración no se
oiga. La respiración de un lector profesional no
debería ser perceptible por el oído del oyente.
Estos ejercicios empujarán tu diafragma cada vez
más, a la vez que te permitirán controlar la
salida del aire, que es un requisito fundamental para cultivar una
lectura cómoda y agradable al oído.
Evita la pronunciación exagerada de la "S", sobre todo si
produces un sonido muy agudo, porque perturba la
audición, distrayendo la atención de la lectura y
atrayendo inmodestamente la
atención hacia ti. Es como si dijeras
"¡¡Shh!!" a cada rato. No sería propio de un
lector capacitado.
Cuando cuchichean personas que exageran la pronunciación
de la "S" perturban a los demás oyentes.
La "B" y la "V" suenan igual en español, es decir,
como "B". No te esmeres demasiado por darle un sonido inglés
o alemán. Lo mismo puede decirse en latinoamérica sobre
la "Z" y la "S". No te esmeres por darle el sonido que le dan en
españa.
Advertencia: Muchos locutores confunden los marcos de circunstancias y
suponen que deben hablar en público colocando los
órganos de la voz de la misma manera como cuando hacen los
ejercicios, lo cual produce una imagen algo ridícula. No
debe ser así. Uno usualmente exagera un poco cuando hace
ejercicios para mejorar su desempeño, pero no necesita
exagerar cuando está frente al auditorio. Por ejemplo, los
boxeadores saltan soga y le dan a la pera durante un buen rato, pero no
lo hacen igual frente al público durante las peleas.
Sería ridículo. Todo tiene su lugar. Puedes
cultivar una voz microfónica y una pronunciación
muy clara sin necesidad de mover la boca exageradamente cuando das tus
discursos. Exagera cuando practiques, pero no cuando estés
frente al auditorio. Pasando las páginas
Antes de pasar la página, dale un vistazo a la
última frase de la página que estás
leyendo, o a la primera frase de la página siguiente, para
no interrumpir la fluidez con una pausa inadecuada. Si interrumpes la fluidez de la lectura inadecuadamente, el auditorio se
percatará de que tienes experiencia leyendo en público.
Antes
de pasar la página, tus dedos deben tener siempre lista la
página siguiente, para que el cambio sea imperceptible al
oyente.
Si
lees por radio, evita el sonido del paso de las páginas.
Esto se logra leyendo hojas sueltas y descartándolas bajo la
mesa a medida que terminas de leerlas. Si lees de un libro o revista
será más difícil evitarlo, pero en
todo caso, ensaya con una grabadora.
Si lees de un escrito cubierto por una lámina de
plástico, recuerda que el reflejo de la luz pudiera bloquear
tu visibilidad. A menos que llueva, es mejor no cubrir el escrito con
plástico.
Usa
un portapapeles en caso de que tu discurso sea al aire libre. Un mal
viento podría jugarte una mala pasada.
Si lees directamente de un monitor de computadora, recuerda que puedes
aumentar el porcentaje del tamaño de las letras para mayor
comodidad haciendo clic en la barra de herramientas, arriba, en el
cuadro de texto "%", y modificando el porcentaje a 120, 150
ó más. Para pasar la página solo le
das a la tecla de AvPág, o a la flecha direccional
correspondiente.
Si lees de un escrito en un caballete portaláminas, y crees
que no podrás pasar las páginas, haz arreglos
para que un asistente las pase. Por lo demás, el
artículo anterior te ofrece otras pautas que en algunos
casos pudieras aplicar a tu lectura en voz alta, teniendo siempre
presente que lo que ha determinar la velocidad de lectura es el
beneficio para el auditorio. No olvides examinar un manual de
gramática y ortografía para mejorar tu
entendimiento del uso y pronunciación de las palabras.
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