El
Dr. Daniel Goleman, director de la sección
científica del
New York Times y ex profesor de Harvard, explica, en parte, lo que
ocurre cuando la mayoría de las personas sienten miedo, y te
ayuda a entender que una maravillosa pieza bioquímica en tu
cerebro llamada amígdala actúa inmediata y
armónicamente con tu hipocampo interconectado dirigiendo
ciertas
células que emiten unas señales neurotransmisoras
por
todo el organismo, especialmente hacia el sistema cardiovascular
(corazón), kinestésico (muscular) y digestivo
(visceral).
Esta libera una hormona llamada dopamina, que agudiza nada menos que tu
capacidad para prestar atención.
Por
eso, en Oratorianet.com enseñamos que, contrario a lo que la
mayoría cree, lejos de perder fuerza
y capacidad para la acción eficaz, cuando el ser humano
siente
temor, su cerebro activa inmediatamente un fabuloso sistema de
reacción automática positiva.
Todos tus recursos físicos y mentales interconectados se
disponen como un ejército para la emergencia, por si se
requiere
una reacción extraordinaria de tu parte. El miedo no existe
para
paralizarte, sino para ayudarte a ser más eficaz.
Lógicamente, tienes que prepararte a fin de que, llegado el
momento, sepas qué hacer con tus cualidades. La eficacia no
resulta de la inexperiencia ni de la ignorancia. Tienes que aprender
técnicas. Por ejemplo, para contrarrestar el miedo de hablar
en
público, puedes aprender técnicas de oratoria;
para
perderle miedo al mar, puedes aprender natación y secretos
de
supervivencia.
Por
ejemplo, tus ojos y oídos rastrean como un gato y tu mente
busca
los pensamientos, sensaciones y emociones que necesitas. Puede suceder
el milagro: Tu memoria se reorganiza en un parpadeo y acude en tu
rescate con todos los conocimientos y recuerdos que necesitas,
introducidos
de antemano. Tus ideas viajan
por tu cerebro a la
velocidad del rayo a través de una incontable red de hilos
conductores. Aunque tus intestinos, hombros, cuello y cuerdas vocales
reciben el impacto de la tensión, tu corazón
acelera sus
latidos y comienza a bombear más sangre y
oxígeno,
enviándola a tus músculos para ponerlos a tono
con las
circunstancias. Es cuando tu mente se pone como una locomotora que
funciona a toda máquina, pensando en los riesgos y opciones
que
tiene. ¡Sí! ¡Tu naturaleza puede hacer
todo eso
automáticamente en
un segundo!
"A
buen entenderdor, pocas palabras": Cuando estás bajo
tensión y sientes miedo, puedes quedarte inmóvil,
sin
atinar a nada, o tu máquina bioquímica
puede
alcanzar todo su potencial. ¡Mismo McGyver! Por eso es tan
importante que introduzcas de
antemano
información clave acerca de las
técnicas de motivación, oratoria, relaciones
humanas y
ventas en tu mente, para poder ponerte en positivo cuando lo exijan las
circunstancias, en vez de ocuparla con pensamientos negativos de temor
al qué dirán, temor al ridículo, temor
al
éxito, a la frustración o al fracaso.
Lógicamente,
de ninguna manera estoy recomendándote ponerte
intencionalmente
bajo tensión. Lo ideal sería que te relajaras.
Solo que
el problema es que, ante la dificultad de relajarte completamente,
sería mejor que guardaras bajo la manga el as de tus
reacciones
bioquímicas naturales que el temor activa. Porque aunque te
parezca mentira, con ello conseguirás precisamente la
energía y los recuerdos que necesites cuando te llegue el
momento de hablar en público con elocuencia y
persuasión... y para cualquier situación que te
inspire
temor.
Algunos maestros de oratoria se la pasan hablando del miedo, del temor
y de los nervios solo para tener clientes cautivos que cultiven la
equivocada idea de que no podrían lograr nada sin su
maestro, porque de esa manera aseguran sus ingresos. Pero como hemos
visto, el miedo puede convertirse en un haber si uno sabe
qué hacer con él a partir de los conocimientos de
la técnica adecuada. No es ningún misterio para
quienes se informan. El miedo no es un tabú ni un enemigo.
¡Es tu mejor amigo en el momento más apremiante!
Por eso, no
hay nada mejor que anticiparte y cargar tu mente con el conocimiento
específico necesario para exponer en público,
para que
aflore y te ayude a informar, impactar, conmover y entretener de manera
que tu auditorio entienda claramente lo que digas y se sienta movido a
cooperar siguiendo tus recomendaciones. Lo importante no es lo que diga
la gente, sino lo que proceses en tu corazón
después de
haber sondeado a fondo todo este interesante conocimiento.
En Oratorianet preferimos no hablar del miedo, sino del valor y de los
beneficios de cultivarlo. Pero si quieres darle vueltas
al miedo, visita
www.fobias.net
Por
eso, si tienes miedo de hablar en público (laliofobia),
no te preocupes, ¡más bien adelántate a
las
circunstancias
mientras puedas, por medio de echarle mano a Oratorianet ahora que
está a tu alcance! Es fácil y barato.