¿Hasta cuándo tengo que pensar? Muchas personas sienten flojera mental y no les agrada la idea de usar su mente para hallar la solución a sus problemas. Se van por el camino fácil de preguntar a alguien que sabe resolver problemas: "¿Tú qué harías en mi caso?", esperando que piensen por ellas. A otras, no es que les agrade pedir ayuda, sino que sus padres u otras figuras de autoridad siempre les resolvieron los problemas y les evitaron los obstáculos, por decirlo así, siempre poniendo delante de ellas el plato servido, robándoles, sin querer, la oportunidad de aprender a hallar sus propias respuestas a partir de principios definidos que les sirvan de guía. "¿Qué quele mi nene? ¿Quele eto o quele eto?". Se acostumbraron a verlo todo terminado, todo construido, todo pintado, todo realizado, todo resuelto, y cada vez que se encontraban con una disyuntiva, se quedaban allí parados, simplemente mirando, esperando que otra persona viniera a decirles qué hacer. No les enseñaron a pensar por sí mismas y, por lo tanto, no desarrollaron la cualidad de ponerse a pensar en profundidad hasta dar con una respuesta sensata, prudente, interesante y abarcadora. Por eso algunos todavía necesitan que alguien las ayude a encontrar y atar los cabos sueltos, quizás algunos de los cuales ni siquiera parecían tener relación alguna con el problema. No es que sean torpes, sino que les fueron robadas las oportunidades de aprender por propia experiencia. ¿Dejar que los niños hagan lo que quieran? ¡De ninguna manera! Esto no debe entenderse como que se debe dejar a los niños que salten, griten, corran y hagan lo que les da la gana sin supervisión. Lo que quiero decir es que los niños necesitan observar cómo sus padres o figuras de autoridad resuelven sus problemas, cómo utilizan el pensamiento lógico, y aprender a usar el suyo propio aprovechando sus pequeñas oportunidades de tener éxito o fracasar, siempre bajo supervisión. Por ejemplo, ¿qué responderías a un niño de seis años de edad que te preguntara por qué llueve, o de dónde vienen las gotitas de lluvia? Es verdad que podrías decirle: "Del cielo", y quedarte satisfecho de haberle respondido; y tal vez el niño se quede pensando sin poder atar cabos y nunca más recurra a ti cuando tenga una pregunta difícil. Ahora imagina que va adonde su amigo Juanito y le hace la misma pregunta. "Mira, Pepito, mi papá dice que la lluvia se forma del vapor. Ven a mi casa y te lo explicaré". Van a su casa, entran a la cocina y Juanito pregunta a su madre (que está cocinando): "¿Puedo explicarle a Pepito cómo se forma la lluvia en el cielo, mami?". Su madre dice que sí y observa cómo Juanito agarra una olla, le echa un poco de agua, la pone a hervir y coloca la tapa, diciendo: "Ahora solo tenemos que esperar un minuto". "¡Tus padres te permiten poner a hervir agua?", exclama Pepito. "Sí, pero ellos me han enseñado a hacerlo y me han explicado los peligros para no quemarme. Además, me han advertido que siempre lo haga cuando hay un adulto presente. A veces, yo sirvo el té. Pepito queda asombrado. De repente el agua comienza a hervir y Juanito alza la tapa y dice, señalando con el dedo al interior de la tapa: "¿Ves cómo sube el vapor y se pega a la tapa, después que se junta bastante, cae en forma de gotas de agua. Es porque el calor evapora el agua, el agua sube, se acumula y entonces cae. Lo mismo pasa con el agua del mar y de los ríos. El calor del Sol la evapora y sube al cielo formando las nubes, y cuando se acumula en grandes cantidades, cae como lluvia. ¿Entendiste?". Pepito no solo entendió la explicación, sino sintió una profunda admiración por Juanito y por sus padres. Le han enseñado a pensar. ¿Hasta cuándo pensar? Felizmente, pensar en profundidad no cansa. Por lo contrario, es muy entretenido. Las personas que utilizan su mente para atar cabos, disfrutan más de cada momento. Por eso los científicos parecen disfrutar tanto de su trabajo. Por su supuesto, todos podemos disfrutar de la reflexión. Uno debe utilizar su mente hasta dar con las respuestas que necesita, y si después de mucho pensar no puede hallar una explicación, puede recurrir a otras personas. Por ejemplo, cuando uno lee un libro, en realidad está escuchando a otra persona, igual como en este momento estás escuchándome a través de este libro web. Estás aprendiendo. Lógicamente, tienes que discriminar conscientemente y evaluar toda información que llega a tu mene. Porque no todo lo que uno puede leer en cualquier libro o revista contiene material edificante. Escuchar, leer y mirar es como comer. Si escoges bien lo que vas a comer, le sacarás más provecho que si solo estiras la mano y tomas todo lo que se te antoje. Después de unos años puedes llevarte una sorpresa. Por eso, no temas pensar en profundidad y atar cabos por tu cuenta. Tus padres y otras figuras de autoridad solo te dan una base o fundamento, pero tú tienes que hacer el resto, aprender a hallar tus propias respuestas a las preguntas que más te inquietan. La importancia de imaginar La imaginación es un instrumento que, como una herramienta, puede utilizarse para hacer cosas buenas o malas, dependiendo de quién la use. Si imaginas cosas positivas, interesantes, sanas y provechosas, es decir, de utilidad práctica, entonces navegarás por los mares de la vida disfrutando de conocer muchos lugares hermosos; pero si imaginas cosas negativas, sucias o denigrantes, ¿de qué manera te haría feliz? Por eso, antes de irte por el camino fácil de pedir a los demás todas las respuestas que necesitas, ¿por qué no haces un pequeño esfuerzo para buscar la respuesta en tu propia mente, a partir de lo que ya sabes? Si tienes dudas, puedes consultar con alguien que haya demostrado tener habilidad para hallar respuestas. Y en caso de leer libros y revistas, escoge bien aquellos cuyo contenido te invitan a pensar en cosas buenas y saludables. Es cuestión de ser un poco "ticavero" ¿Qué es una persona "ticavera"? Echa un vistazo a la siguiente lista y sigue mirando hasta que tu cerebro ordene automáticamente las 8 letras y dé en el clavo de la palabra que se esconde tras el desorden. Las letras son siempre las mismas, pero una sola es la palabra que tiene sentido. Algunos dan en el clavo inmediatamente; otros se demoran unos minutos; y otros se rinden y piden ayuda. Si no das en el clavo, no te preocupes, ¡sigue pensando! TICAVERO
TICAVORE TICAREVO TICAORVE TICAERVO TICAVROE TICAVREO TICAROVE TICAEVOR TICAOVER TICAEVRO TICAOVRE TICOVERA TICOVEAR TICOVARE TICOVAER TICOEVAR TICOAVER TICORAVE TICOREVA TICOEVRA TICOAVRE TICORAEV TICOREAV TICEROAV TICERAOV TICEVRAO TICEVROA TICEARVO TICEORVA TICEAVOR TICEOVAR TICEROVA TICERAVO TACIVERO TACIVORE TACIVREO TACIVROE TACIROVE TACIREVO TACIERVO TACIORVE TACIRVEO TACIRVOE TACIEORV TACIOERV TOCIERVA TOCIARVE TOCIVRAE TOCIVREA TOCIAVER TOCIEVAR TOCIRAEV TOCIREAV TACOVIRE TACOVERI TACOIRVE TACOERVI TACOREVI TACOVIRE TACOIVRE TACOEVRI TECOVIRE TECOREVI TECOIRVE TECOERVI TECOVRIE TECOVREI TECAVIRO TECAVORI TECAIRVO TECAORVI TECAOVRI TECAIVRO TECAVROI TECAVRIO TERCAVIO TERCAVOI TERCIOVA TERCIVAO TIVECARO TIVEROCA TIVEARCO TIVEORAC TIVEROAC TIVERAOC TIVECRAO TIVECROA TIVECOAR TIVECAOR TIRECAOV TIRECOAV TIREAVOC TIREOVAC TIRECAVO TIRECOVA TIREAVCO TIREOVCA TIREVOAC TIREVAOC TIROCAVE TIROCAEV TIROCEAV TIROCVEA TIROVCEA TIROVACE TIROVAEC TIROVEAC TIROVCAE TIROAVEC TIROACVE TIROAEVC TIROACEV TIROEVAC TIROAVEC TIROECVA TIROACVE TORIVECA TORIVEAC TORIVCEA TORIVCAE TORIECAV TORIEVAC TORIECVA TORICVEA TORICAVE TORICAEV TORICEAV TORICVAE TORIAVEC TORIACVE TORIAVEC TORIACEV TORIAEVC TORIAECV TORICEVA TORICAVE TORICEAV TORICVEA TORICVAE TORIEVAC TORIECAV TORIEAVC TORIEVCA TORIECVA TROVACEI TROVAIEC TROVICAE TROVICEA TARIVECO TARIVEOC TARIVCEO TARIVCOE TARIVOEC TARIVOCE TARIEVCO TARIEVOC TARIECOV TARIECVO TARICOEV TARICEOV TARICEVO TARICVOE TARICVEO TARIOVEC TARIOCEV TARIOCVE TARIOECV TARIOEVC TERICOVA TERICOAV TERICAVO TERICAOV TERICVAO TERICVOA TERIACVO TERIACOV TERIAVOC TERIAVCO TERIAOVC TERIAOCV TERIOCAV TERIOVAC TERIOCVA TERIOVCA TERIOAVC TERIOACV TEROIVAC TEROIVCA TEROICVA TEROICAV TEROIAVC TEROIACV TEROAICV TEROACVI TEROAVCI TEROAVIC TEROACIV TEROAIVC TERAOIVC TERAOICV TERAOCIV TERAOCVI TERAOIVC TERAOVCI ETRAVOCI ETRAVOIC ETRAVIOC ETRAVICO ETRIVACO ETRIVAOC ETRIVOAC ETRIVOCA ETROVACI ETROVAIC ATREVIOC ATREVICO ATRIVECO ATRIVEOC ATRIVCEO ATRIVCOE ATRIVOCE ATRIVOEC AVECTRIO AVECITRO AVETROCI AVETORCI AVERTOCI AVEROTCI ARTICEVO ARTIVEOC ARTICVEO ARTICVOE ARTICEOV ARTECIVO ARTEVOCI ARTEVICO ATRECOVI AVITERCO IRTECAOV IRTEVOCA IRTECOVA IRTECOAV IRTEAVOC IRTEACOV ITREAVOC ITRECOVA ITREVACO VOCRETIA VOCRETAI VOCERTAI VOCERTIA VORCETAI VORTACEI VORTECAI VORETCIA VORETICA VOCARETI VOCATIRE VOCARTIE VOCARITE ICAVEROT ICAVEROT ICAVEROT ICAVERTO ICAVERTO ICAVERTO ICAVETRO ICAVETRO ICAVETOR ICAVETOR ICAEVTOR ICAEVTRO ICAEVRTO ICAEVROT ICAERTOV ICAERTVO ICAEROVT ICAEROTV ICARETOV ICARETVO ICAREVTO ICAREVOT ICAREOTV ICAREOVT ICAVEROT ICAVERTO ICAVETRO ICAVETOR ICAVOTER ICAVOTRE ICAVORET ICAVORTE ICAVETRO ICAVEROT ICAVEORT ICAOVERT ICAOVETR ICAOVRET ICAOVTER ICATVORE ICATVOER ICATVROE ICATVREO ICATVEOR ICATVERO ORTAVCIE ORTAVICE OTRAVICE OTRAEVCI OTRAVCIE OVRATEIC ORVATIEC ORVATEIC OCTAVIER OCTAVEIR OCTAVRIE OCTARIVE OCTRAVIE OCTRIEVA VITAERCO VITAEROC VITAECRO VITAECOR VITAEORC VITAEOCR VITAREOC VITARECO VITARCOE VITARCEO VITAROCE VITAROEC VITACERO VITACEOR VITACREO VITACROE VITACOER VITACEOR VITAOREC VITAORCE VITAOCER VITAOCRE VICTAERO VICTAEOR VICTAORE VICTAOER VICTAREO VICTAROE VICATERO VICATEOR VICATORE VICATOER VICATROE VICATREO VICETARO VICETAOR VICEATOR VICEATRO VICEAROT VICETROA VICETRAO VICETORA VICETOAR VICTOREA VICTORAE VICTOARE VICTOAER VICTOERA VICTOEAR VICTAREO VICTAROE VICTAERO VICTAEOR VICTAORE VICTAOER VICTEROA VICTERAO VICTEOAR VICTEORA VICTEROA VICTERAO VICTEARO VICTEAOR VICOTERA VICOTEAR VICORETA VICOREAT VICOARTE VICOARET VICATORE VICATOER VICARETO VICAREOT VICAERTO VICAEROT VICAORET VICAOTER VICATROE VICATREO VICTEROA VICTERAO VICTEAOR VICTEARO VICTEOAR VICTEORA VIROCETA VIROTECA VITROCAE VITROEAC VITROAEC CAROTIVE CORATIVE CEROTIVA CEROTAVI CEROVITA CEROTAVI CORATEVI CORATEIV CORAEITV CORAEIVT CORAIEVT CORAIETV CORAVITE CORAVIET CORATIEV CORATIVE CORTAVIE CORTAVEI CORTAEIV CORTAEVI CORTAIVE CORTAIEV CROAVITE CROAVIET CROAVTIE CROAVTEI CROATVEI CROATVIE CROATEIV CROATIEV CROAEITV CROAEIVT CROEVITA CROEVIAT CROEIVAT CROEIVTA CROEAVIT CROEAVTI CROVTEIA CROVTEAI CROVAITE CROVAIET CROVTAIE CROVTAEI CROVTIAE CROVTIEA CROVETIA CROVETAI CROVITEA CROVITAE CROTAVIE CROTAVEI CROTVEIA CROTVEAI CRAVITEO CRAVITOE CRAVOTIE CRAVOTEI CRAVTEOI CRAVTEIO CRATVIEO CRATVIOE CRATVOIE CRATVOEI CRATVEOI CRATVEIO CRATEVOI CRATEVIO CRATOVIE CRATOVEI CRATVIEO CRATVIOE CRATIVEO CRATIVOE CRATIOVE CRATIVOE CRATIEVO CRATEIVO CRATIEVO CRETIAVO CRETIVAO CRETIOVA CRETIAOV CREOVATI CREOVAIT CREOVIAT CREOAIVT CREOAITV CREOTVIA CREOTVAI CREOTIAV CREOTVIA CREOTIVA CRAETIOV CRAETIVO Por eso, si a veces te has preguntado "¿Hasta cuándo tengo que pensar?", la respuesta es: "Hasta dar en el clavo". A veces te demorarás, pero con un poco de práctica, cada vez tendrás que pensar menos, porque tendrás la costumbre de pensar a fondo. En cierta ocasión, un tipo comenzó a fanfarronear acerca de los errores de cierto texto que, según él, había sido mal traducido del griego al español. Entonces, después de oír pacientemente su extensa perorata, para su sorpresa pronuncié la frase en griego y luego le hice algunas preguntas básicas sobre la ortografía, la gramática y el alfabeto griego. Se le quitaron las ganas. Sencillamente quedó en evidencia de que no sabía nada de griego y realmente sintió que ni siquiera sabía dónde estaba parado, y dejó de fanfarronear. ¿Pero por qué lo hice? ¿No fue presuntuoso de mi parte? No. Él había malinterpretado mi paciencia y de alguna manera se había convencido a sí mismo de que yo había quedado impresionado con su falso entendimiento. Si hubiera sido alguien que inocentemente hubiera hecho un comentario equivocado, me hubiera quedado callado. Para qué incomodarlo. Cualquiera se equivoca. Somos imperfectos. Nadie lo sabe todo. Pero este tipo realmente quería pavonearse delante de los demás a costa mía, es decir, haciendo que los demás me vieran como un ignorante a su lado. ¡Qué caro le salió! Por eso, pensar con profundidad no tiene por qué ser aburrido. El cerebro es como un árbol frondoso que extiende sus ramas cada vez más lejos y se llena de hojas y frutos cada vez más hermosos, nutriéndose con ideas, emociones y sensaciones. Cuanto más aprendes, más capacidad tiene; y cuando más lo necesitas, mejor te ayuda. ¡Por eso, disfruta más de tu cerebro pensando mejor! ___ |