Charles Handy, reconocido especialista en gestión empresarial y recursos humanos, en su libro La Organización por Dentro, Ideas Para Directivos (Edit. Deusto), muestra la rueda del aprendizaje.

1. Si uno no formula preguntas, tampoco incrementa su comprensión del mundo que le rodea. Gran parte de todo lo que sabemos lo aprendimos antes de cumplir los siete años de edad, gracias a la curiosidad y a la buena costumbre de hacer preguntas y procurar hallar las respuestas.

2. Las respuestas a las preguntas dan lugar a una o más teorías o hipótesis que aclaran el asunto y nutren el conocimiento, el cual se retroalimenta.

Una teoría que se fundamenta en un conocimiento falso, no solo causa una pérdida de tiempo, sino lo que es peor, puede ocasionar daño.

3. A menos que pongas en práctica lo que se te enseña, no puedes comprobar personalmente las teorías. Cuando Colón se ofreció a cruzar el mar y comprobar las teorías, los peritos, extrañamente, no dieron su aprobación al proyecto. No respondieron como peritos, porque ellos mismos tampoco habían comprobado las teorías que defendían con tanto celo. Era su oportunidad de hacerlo. Ahora sabemos que Colón estuvo equivocado; pero su mérito radica en que hizo el esfuerzo de comprobar sus teorías.

4. La reflexión que resulta de la comprobación, consolida el conocimiento y lo transforma en comprensión. Todos necesitamos algún tipo de prueba o evidencia que respalde el conocimiento.

Aprendemos cuando ponemos en práctica las teorías. No es correcto tildar de débil a una teoría que no hemos comprobado.