Un ama de casa increíble
©Miguel Ángel Ruiz Orbegoso
A principios de los 80, un modesto hombre de familia estadounidense
cayó en desgracia cuando un serio problema cardiaco le
impidió continuar con su trabajo en el recio campo de la
construcción civil. Sus ahorros y status social siguieron
consumiéndose poco a poco como si fuera por fuego, hasta que se
vieron obligados a vender su cómoda y hermosa casa y mudarse
varias veces a vecindarios cada vez más pobres.
Su
esposa se sintió muy agobiada, lo mismo que sus tres hijas, una
de las cuales estaba entrando de lleno en la adolescencia. El hombre
estaba desmoralizado. Se sentía tan inútil e inepto. Por
eso ella, presionada por las circunstancias, reforzó su propia
motivación y decidió empezar desde cero. Buscó
trabajo en todas partes mientras él se ocupó de las
tareas del hogar. Lamentablemente, nada sirvió.
En
cierta ocasión, su esposo reventó de cólera cuando
ella le contó que había pensado alistarse en el
ejército por la garantía de un ingreso seguro, seguro de
salud, vivienda, estudios y otras ventajas. Discutieron acaloradamente.
Él gritó que todavía era perfectamente capaz de
mantener a su familia, y punto, y decidió volver a su antiguo
empleo. Lamentablemente, tan pronto como subió una escalera, se
dio cuenta de que la realidad era más dura de lo que pensaba.
Casi se priva. Pensó en la muerte y en sus seres queridos, y
regresó a casa con el rabo entre las piernas. Pidió
disculpas a su esposa y aceptó que probara su idea de alistarse.
Mientras
viajaba al lugar de conscripción, ella pensaba:
"¿Qué hace un ama de casa con 32 años de edad,
tres hijas y un esposo enfermo, tratando de alistarse en el
ejército? ¿Qué estoy haciendo?". A pesar de sus
temores, llegó a su destino, fue aceptada y cumplió con
duras pruebas de entrenamiento que jamás pensó poder
pasar. Con todo, su peor desafío había sido alejarse de
su amado hogar.
Con
el tiempo recordó que su madre siempre había
menospreciado sus aspiraciones de convertirse en piloto. "Nunca
podrás volar", le repetía. Solo que ahora, después
de tantos años de haber abandonado por completo su sueño
de volar, sin darse cuenta, estaba frente una verdadera posibilidad de
alistarse en los entrenamientos de piloto de helicóptero.
Consultó con su esposo, y este volvió a concordar de mala
gana. Para él, eso significaría continuar fungiendo de
ama de casa por más tiempo.
Regresó
a la base, inició su entrenamiento y, en 1982, se graduó
con honores como piloto de helicóptero. Su esposo e hijas
llegaron a estar muy orgullosos de ella. Su esposo acabó
asimilando la idea de haber cambiado su estilo de vida por uno
más conservador, se mudaron a una zona más cómoda,
cercana a la nueva base militar, y Concetta Hassan siguió
adelante con sus metas. Su filosofía de la vida siempre
había sido: "Nuestro deber es ser felices".
Por
supuesto, de ninguna manera estoy estimulándote a reclutarte en
las fuerzas armadas. De hecho, soy neutral y un convencido de que al
mundo le iría mejor sin fronteras nacionalistas. Solo estoy
diciéndote que Concetta Hassan era un ama de casa de 32
años que, como cualquier mujer, cayó en desgracia y
rehusó dejarse vencer. Reforzó su motivación y,
sin querer, acabó convirtiéndose en una experta piloto de
helicóptero de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de
América, un sueño que hacía muchos años
había descartado por completo.
¡Sí!
Aunque nunca antes haya tenido experiencia en ello, la
motivación interior reforzada puede impulsar a cualquier
persona, sin importar cuán modesta sea, a alcanzar nuevas metas que la colmen de
satisfacción. En el fondo, Concetta te diría: 'tu deber
es ser feliz'.
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