Autoayuda y asesoramiento personalizado en oratoria por Internet


Kay Redfield Jamison*, Profesora de Psiquiatría de la Universidad Johns Hopkins y ex candidata al suicidio, dijo una vez: "La tensión desgasta la capacidad de la mente para tolerar la desesperación". ¡Y es cierto!

Por eso la eficacia en la oratoria no es solo una cuestión de hablar fuerte, modular la voz, hacer ademanes, vestirse bien, presentar una buena idea y argumentar o negociar, sino de cultivar la personalidad, sentirse bien y promover relaciones humanas provechosas a fin de generar un clima agradable en el auditorio.

De hecho se ha dicho que los pilares de la Inteligencia Emocional se asientan en nuestra aptitud para tomar conciencia de nuestras propias emociones y las de los demás, y en nuestra habilidad para relacionarnos con las personas.

No significa que una persona emotiva, impulsiva, acelerada o dominante sea más inteligente. Se refiere a personas que se esfuerzan por desarrollar aptitudes para comprenderse a sì mismas, y a los demás con la finalidad de tratarlos con empatía, dándose cuenta de su propia habilidad -o inhabilidad- para lograr buenas relaciones.

Por eso, si crees que tienes pocos amigos, aquí hallarás Las 5 Vocales, razones contundentes, cualidades y puntos de vista prácticos para entender por qué y cómo puedes hacer para mejorar tus relaciones humanas.


Por ejemplo, si crees que alguien no te aprecia lo suficiente, no te preguntes "¿Qué ha hecho esa persona por mí?", sino "¿He hecho yo algo por esa persona con la finalidad de cultivar su aprecio por mí?".


Prejuicios, malentendidos, chismes, calumnias, resentimiento, impaciencia, incomprensión, diferencias personales, frustración y temor al rechazo son solo algunos males que afectan negativamente la manera como uno trata a los demás y el trato que ellos le devuelven, sobre todo si dirige un negocio.

A alguien se le ocurrió la brillante idea de producir un programa de televisión, titulado "Jefe Encubierto", para ayudar a gerentes y empresarios a tomar conciencia de sus propias debilidades y fortalezas como líderes, y de las fortalezas y debilidades de ciertos miembros clave de sus compañías.

En cada programa se observaban resultados extraordinarios. Con maquilllaje adecuado para pasar de incógnito, se exponía a los jefes cara a cara con algunas secciones de la compañía en las que se notaban algunas deficiencias en la cadena del liderazgo, y luego recompensaban con creces a subordinados sobresalientemente eficientes, alabándolos y premiándolos generosamente por su excelente desempeño.

¿Qué puedes hacer para minimizar algunos efectos negativos de tu trato y disfrutar de relaciones más significativas y duraderas por medio de notar las buenas cualidades que tienen los demás? Y sobre todo,
¿cómo aplicar todos esos beneficios a tu oratoria a fin de hacerla más efectiva y dinámica? Aquí hallarás respuestas satisfactorias a esas y muchas otras preguntas inquietantes.