REGRESAR





Bases para un concurso de oratoria
y cómo servir de juez en un concurso

Haz clic en los títulos y subtítulos para ir y volver.


Bases para un concurso de oratoria
©Miguel Ángel Ruiz Orbegoso

Por convicción personal no promuevo competencias, porque opino que el espíritu de competencia, que aparentemente causa progreso y desarrollo, en muchos casos también ha sido la causa de muchas terribles desgracias a lo largo de la historia, tanto a nivel personal como colectivo. Las guerras y revoluciones, a nivel mundial, y la discriminación racial y social, a nivel regional, son solo unos cuantos botones de muestra. Competir, si no se lleva a cabo en un marco de tolerancia y empatía, siempre producirá perdedores; y muchos de los mal llamados perdedores son tan eficientes como los ganadores, o quizá mejores. En un ambiente emocionalmente saludable, ganar o perder una contienda no debería producir sentimientos de fracaso en las personas. En mi opinión, cada ser humano debe ser contrastado consigo mismo para progresar, no con los demás.

Por eso, el presente artículo responde a la inquietud que muchos tienen respecto a qué factores tener en cuenta cuando varias personas participan en un concurso de oratoria. Ten en cuenta que todo lo que recomiendo a continuación, emana del concepto arriba mencionado.

Puntos que se pueden tener en cuenta en un concurso de oratoria



Discriminar según el nivel de progreso

Las bases para un concurso de oratoria han de contemplar el nivel hasta el cual se han desempeñado los participantes, de modo que se cree una escala de valores según el adelantamiento del grupo o de los individuos, o según su edad, el estilo del discurso u otros aspectos particulares. El incentivo ofrecido como premio ha de estar a la altura de los deseos de los participantes. Lo siguiente es solo una pauta o ejemplo. Contiene más información de la que se aconseja incluir. Usa solo los aspectos que vayan de acuerdo con las circunstancias, descarta los demás.


Discriminar según las limitaciones de los participantes

Edad
Idioma
Grado de instrucción
Nivel de adelanto en oratoria
Promedio mínimo de 85% en oratoria
Agrupar a los participantes según promedios alcanzados durante su entrenamiento


Discriminar según el tema, puede tratar sobre

Poesía en verso
Poesía en prosa
Prosa (Libre)
Poema
Anécdota
Experiencia de la vida real
Biografía
Materia científica
Investigación estadística o de mercadeo


Discriminar según el aspecto particular que se evaluará

Contenido
Forma
Contenido y forma


Discriminar según principios y normas de oratoria que se evaluarán

Información
Impacto
Contacto
Entretenimiento

Intensidad o potencia de la voz

Velocidad y uso de pausas
Tono o modulación
Pronunciación y uso del idioma

Arreglo personal y/o maquillaje

Postura
Gestos y ademanes

Habilidad para usar el bosquejo

Introducción
Desarrollo
Conclusión

Puntualidad y duración del discruso


Incentivo

Una beca completa
Una biblioteca personal
Un nombramiento o promoción
Prendas de vestir hechas a medida
Visitar o entrevistar a un personaje público
Un almuerzo o cena para cuatro personas
Un fin de semana de vacaciones pagadas para tres personas


Condiciones que podrían tomarse en cuenta

Duración máxima 1, 2 ó 3 minutos (es suficiente para evaluar cualidades básicas)
Duración: Introducción, 10 segundos; Desarrollo 40 segundos; Conclusión 10 segundos.
Duración: Introducción, 15 segundos; Desarrollo 150 segundos; Conclusión 15 segundos.
Material redactado en 1 hoja tamaño A4 a uno o dos espacio como máximo.
Se evaluará la ortografía de la redacción
La redacción del discurso no será considerada en la calificación
Presentar la redacción del discurso a más tardar una semana antes del concurso
No se requiere la presentación de la redacción del discurso
Ha de improvisarse en 1 minuto sobre un tema que se asignará en el momento
El discurso se asignará sobre un tema con 15 días de anticipación para 1, 2 ó 3 minutos
El discurso ha de leerse completamente
El discurso no ha de leerse
Han de leerse porciones selectas de la redacción del discurso
Lectura de una porción selecta de un discurso, libro o revista pertinente
El saludo o tratamiento es opcional
Se exige un saludo o tratamiento
El orador dirigirá su discurso al jurado
El orador dirigirá su discurso al auditorio, no al jurado
El orador puede dirigir su discurso tanto al auditorio como al jurado, o a ambos
Damas, con falda a la rodilla o pantalones de corte formal; varones, con saco y corbata
Deberá utilizar como mínimo un apoyo visual
No se requiere utilizar un apoyo visual
Puede usar un ayudante para desplegar el apoyo visual
No ha de usarse un ayudante para desplegar el apoyo visual


Logísitica

Para ver algunos requisitos mínimos que el organizador, el local y el auditorio han de reunir, puedes examinar el artículo "Logística para una conferencia" del archivo “Casilla de Respuestas”, del Archivo de Oratorianet. 


Cómo servir de juez en un concurso de oratoria
Clic en los títulos y subtítulos para ir y volver. Clic en el título arriba para volver al índice superior

¿Quién es un juez de oratoria?
¿Ten en cuenta quién propuso el concurso?
¿Ten en cuenta por qué propuso el concurso?
¿Entiende el organizador la oratoria y todo lo que implica un concurso?
¿Entiende el organizador lo que se requiere para juzgar, para saber nombrar al jurado?
¿Cuándo y cómo se estimulará a los concursantes?
¿Cómo y cuándo llevar a cabo el concurso?
¿A quiénes escoger como jueces en un concurso interno?
¿Qué criterio debe primar?
¿Cómo asignar las diferentes cualidades a los diferentes miembros del jurado?
¿Cómo subdividir y enfocar las diferentes cualidades que han de evaluarse?

Evaluando

El contenido informativo
El impacto de la idea principal
El contacto visual y emocional
La habilidad para entretener
Las cualidades de la voz
Los movimientos del cuerpo
La habilidad para usar el bosquejo
La puntualidad y la duración del discurso


¿Quién es un juez de oratoria?

Un juez es alguien que tiene autoridad y potestad para juzgar y sentenciar un asunto acerca del cual tiene experiencia. Para los casos relacionados con la violación de las leyes de un país, juzgan jueces nombrados para tal efecto. Por otro lado, se dice que uno es un 'juez de palo' cuando demuestra torpeza e ignorancia respecto al asunto que juzga o critica. De modo que, dependiendo del asunto juzgado, para juzgar se ha de entender bien la materia de que se trata.

Hay varios factores que han de considerarse antes de nombrar un juez o servir como tal en un concurso de oratoria: ¿Quién propuso el concurso? ¿Por qué lo propuso? ¿Entiende esa persona o grupo de personas lo que significa la oratoria y lo que envuelve un concurso? ¿Entiende lo que se requiere para juzgar, de modo que le sirva de base para nombrar a los miembros del jurado? Si un ciego guía a un ciego, ambos caerán en un hoyo. Para nombrar un juez, los que lo nombran tienen que entender claramente lo que significa nombrarlo. Solo jueces pueden nombrar a otros jueces.

En oratoria, como en cualquier otra rama de las artes, la crítica es tan variada como las personas que conforman un auditorio. No se trata de juzgar y sentenciar a delincuentes, sino de criticar el desempeño de un ser humano en lo que a exponer sus ideas se refiere. De modo que si bien es cierto que solo se trata de arte, puede tener efectos en la personalidad de los concursantes, en cuanto a su destreza, eficacia y conocimiento de las relaciones humanas.

Por ejemplo, el Dr. Wayne D. Dyer, famoso internacionalmente por su trayectoria y sus obras de autoayuda y superación, tiene una oratoria extraordinaria. Escucharle hablar es sencillamente nada menos que impresionante. Sin embargo, rara vez alza la voz, nunca hace alharaca, y es tierno al comunicar el mensaje. Si concursara, ¿seríamos tan exigentes de decir que 'le faltó volumen', 'fuerza' o 'entusiasmo'? Cada persona tiene un estilo y una personalidad. La oratoria es como una huella digital. Preguntémonos: "¿Quién tiene la mejor huella digital del mundo?". Nadie se atrevería a responder, porque una huella digital simplemente contiene rasgos distintivos únicos y exclusivos. De modo que para evaluar la oratoria de una persona no basta con decir: "Me gustó" o "no me gustó". Eso es simplemente una crítica personal basada en gustos y colores.

Por ejemplo, cuando cierto artista abrió una galería de arte, muchos neófitos y curiosos que ingresaron y 'juzgaron' su obra simplemente reaccionaron con escepticismo. Uno de ellos murmuró: "No es para tanto", "cualquiera lo hubiera hecho", "no sé por qué lo alaban tanto". Pero cuando vio al artista, abrió los ojos de par en par y cambió de opinión. Ahora se dio cuenta que sus pinturas eran extraordinarias. ¡El autor no tenía brazos! Había pintado todo con los pies. ¿Dirías que perdería en un concurso por haber pintado con los pies?

En cierta ocasión alguien criticó duramente mi redacción señalando cierto rasgo de mi gramática y ortografía. Pero se disculpó y me alabó cuando se enteró de que yo jamás había tomado un curso de gramática, ortografía o redacción. Por lo contrario, me dijo: "Para no haber estudiado nunca un curso de redacción, lo hace bastante bien". De modo que criticar la oratoria o cualquier clase de arte es, desde mi punto de vista, una de las cosas más relativas que existen. Se trata meramente de una opinión.


¿Quién propuso el concurso?

Proponer un concurso significa más que tomar la decisión de hacerlo. Implica sentar las bases del concurso y asegurarse de que sean de tal índole que permita absoluta libertad para expresar las ideas, además de la aplicación de los principios fundamentales de la oratoria, no simplemente unas reglas caprichosas. De modo que para proponer un concurso es muy importante saber lo que uno está haciendo, en el sentido de conocer a fondo los principios que implica. Sería poco recomendable que lo propusiera alguien que ni siquiera entiende la diferencia entre los principios y las reglas. Antes de proponer un concurso, es adecuado informarse cabalmente respecto a sus implicancias más importantes.


¿Por qué se propuso el concurso?

La motivación es esencial. ¿Cuál es la razón para proponer el concurso? ¿Estimular a las personas a interesarse en la oratoria? Hay otras formas. Un concurso es semejante a una prueba de fuego. ¿Estamos promoviendo pruebas de fuego que ni siquiera nosotros mismos estaríamos dispuestos a pasar? Desde mi punto de vista, fomentar el interés por la oratoria mediante concursos es tal vez una de las maneras más inadecuadas, porque en vez de estimular, tienden a asustar y poner tensos a los neófitos. Los concursos de oratoria solamente han de reservarse para personas previamente formadas en oratoria. La razón es simple: Juzgar un discurso implica criticar los rasgos de la personalidad relacionados con la habilidad para hablar del orador. Tal como los padres podrían crear tartamudos presionando a sus hijos para que hablen correctamente, los concursos de oratoria podrían ahuyentar a las personas de esforzarse por practicar la oratoria ("¡Qué? ¿Yo? ¡No gracias! ¡Ni loco!").


¿Entiende el organizador lo que es la oratoria y todo lo que implica un concurso?

John Nash, cuya impresionante vida y obra inspiró la película ganadora del Oscar "Una Mente Brillante", dijo en una entrevista que 'la competencia siempre produce perdedores". Y es que toda competencia solo genera satisfacción en el ganador. Es mejor estimular la participación y elevar la motivación mediante un estímulo grupal que impregne la mentalidad de los estudiantes con la idea de que 'todos podemos llegar a hacerlo bien". Cuando estén a la altura de competir, tal vez puedan hacerlo voluntariamente en un ámbito neutral escogido por ellos mismos, donde nadie sienta que habrá lugar para juicios parcializados, basados en 'me gustó' o 'no me gustó'.

¿Entiende el organizador lo que se requiere para juzgar, para saber nombrar al jurado?

Para juzgar en un concurso de oratoria se requiere un criterio basado en una escala de valores o conjunto de principios. El que uno sea el alcalde de la ciudad, jefe de la policía, director de la escuela, ganador de una carrera de autos o de un concurso de belleza de ninguna manera capacita a uno automáticamente como juez de un concurso de oratoria. Lo que capacita a uno como juez de un concurso de oratoria es el haberse formado en oratoria con base en principios de oratoria. De otro modo, el juicio solo resultaría de 'me gustó' o 'no me gustó'.

Por otro lado, si lo que se busca es la opinión de personas que ignoran completamente las normas, sí sería apropiado poner como jueces a personas que ignoran las reglas, para que basen su juicio en 'me gustó' o 'no me gustó', lo cual puede ser muy útil para sondear la capacidad de los oradores para llegar a toda clase de personas. Sin embargo, esta clase de concurso de ninguna manera debería aplicarse a jóvenes que están en la fase de estudio, sino solo a personas que ya tienen formación en oratoria.


¿Cuándo y cómo se estimulará a los concursantes?

A nuestro modo de ver, la mejor manera de estimular la practica de la oratoria es la presentación y evaluación de los discursos de la totalidad de los participantes del curso de oratoria, sin discriminación. Entonces, los variados temas y estilos resultarán en un ramillete de opciones que impedirá que unos se sientan menospreciados o perdedores con respecto a los demás. Si todos tienen un estilo propio, y se aceptará su personalidad y manera de expresar las ideas, se sentirán más abiertos a tomar parte.

En lo que respecta a la práctica de la oratoria, la nueva educación implica un estímulo constructivo. Esto de ninguna manera se consigue generando perdedores, sino ganadores. La idea es que todos piensen que son ganadores en su estilo particular.


¿Cómo y cuándo llevar a cabo el concurso?

Aunque resulta poco grato para nosotros pensar en someter la oratoria a un concurso, porque sería tan absurdo como someter a un concurso de pintura a Picasso con Rembrandt y Van Gohg, o a un concurso de música a Chopin con Bach y Strauss, diríamos que la participación en un concurso solo ha de reservarse para personas curtidas en la oratoria. Nunca para noveles o aprendices.

Primero se ha de implantar un curso para el entrenamiento de la oratoria, basado en una escala de valores, o principios, que los estudiantes puedan aplicar progresivamente según un cronograma de estudios. Segundo, se ha de esperar al término de dicho programa, de modo que todos expongan sus trabajos sin la presión de un concurso (aunque todos los discursos se evalúan, cada resultado es independiente del resto). Tercero, se puede invitar a un concurso solamente a aquellos que hayan obtenido una calificación mínima de 90% en dicha evaluación general. Entonces, el concurso tendrá sentido para todos.


¿A quiénes escoger como jueces en un concurso interno?

Para juzgar los resultados de un entrenamiento en oratoria se requiere el dominio o conocimiento de una escala de valores, o principios, lo cual significa que la(s) persona(s) que ha(n) de juzgar tienen que basar sus opiniones en dicha escala. Si carecen del conocimiento o dominio de los valores, se les puede proveer planchas que contengan los diferentes aspectos de la oratoria que servirán de base para el juicio.

Por ejemplo, un juez se concentrará en el volumen y la pronunciación o uso del idioma, otro en la velocidad y uso de pausas, otro en los gestos y ademanes y la postura, otro en el contenido o información y el impacto general de la información, otro en el contacto visual y emocional, y así sucesivamente. De esta manera, aunque los jueces carecen de formación, por lo menos deben concentrar sus esfuerzos en aspectos particulares de la escala de valores que se usarán para juzgar. Eso es más objetivo que simplemente basarse en 'me gustó' o 'no me gustó'. Una evaluación meramente emocional pudiera parecer justa, pero no lo es desde un punto de vista objetivo.


¿Qué criterio debe primar?

A nuestro modo de ver, son 14 los aspectos que han de observarse en un concurso:

Contenido informativo
Fuerza del impacto general
Habilidad para el contacto visual y emocional
Habilidad para impedir que el auditorio se aburra
Intensidad de la voz
Corrección de la pronunciación
Equilibrio en la velocidad
Habilidad para la modulación y la entonación
Arreglo personal y acicalamiento
Gestos y ademanes
Postura
Primeras palabras
Ordenamiento lógico de ideas
Palabras finales
Puntualidad y duración

El programa anual para las sesiones de práctica sugerido por Oratorianet incluye una cartilla de evaluación que también puede ser utilizada para la evaluación en un concurso, puesto que la evaluación en un entrenamiento y en un concurso son similares. Para una visión más objetiva pueden asignarse diferentes grupos de cualidades a diferentes miembros del jurado.


¿Cómo asignar las diferentes cualidades a los diferentes miembros del jurado?

Utilizando una cartilla de evaluación, hay diferentes maneras de asignar el trabajo del jurado, según la cantidad y habilidad de sus miembros:

1 juez

Evalúa todo:
El contenido informativo
El impacto de la idea principal
El contacto visual y emocional
La habilidad para entretener
Las cualidades de la voz, el cuerpo y sus movimientos
El uso del bosquejo
La duración del discurso

2 jueces

Un juez evalúa
El contenido
El impacto de la idea principal
El contacto visual y emocional
La habilidad para entretener

Otro juez evalúa
Las cualidades de la voz y del cuerpo y sus movimientos
El uso del bosquejo
La duración del discurso

4 jueces

Un juez evalúa el contenido informativo y el impacto de la idea principal
Otro evalúa el contacto visual y emocional y la habilidad para entretener
Otro evalúa las cualidades de la voz y del cuerpo y sus movimientos
Otro evalúa el uso del bosquejo y la duración del discurso

8 jueces

Un miembro del jurado evalúa el contenido informativo
Otro evalúa el impacto de la idea principal
Otro evalúa el contacto visual y emocional
Otro evalúa la habilidad para entretener
Otro evalúa las cualidades de la voz
Otro evalúa el cuerpo y sus movimientos
Otro evalúa el uso del bosquejo
Otro evalúa a duración del discurso


Cómo subdividir y enfocar las diferentes cualidades que han de evaluarse

Subdividir la cualidad que ha de evaluarse permite una observación más cuidadosa, lo cual ayuda mucho al juez a formarse un concepto general que facilite su evaluación


Evaluando el contenido informativo

¿Parece la persona muy interesada en el tema de su presentación?
¿Puedo percibir que dedicó tiempo a investigar el asunto?
¿Es interesante el enfoque que ha da a su exposición?
¿Percibo que vive lo que predica?
¿Me permite visualizar o imaginar sus ideas?
¿Ha ilustrado el asunto o presentado por lo menos un ejemplo?


Evaluando el impacto de la idea principal

¿Me impactó intelectualmente?
¿Ha repetido o inculcado la idea principal?
¿Ha hecho asociación de ideas con ejemplos o ilustraciones?


Evaluando contacto visual y emocional

¿Mira a sus oyentes a los ojos, intercambiando la mirada?
¿Establece un contacto emocional diciendo "usted", "tú" o "ustedes"?
¿Expresa aprecio, comprensión, interés altruista, generosidad y/o respeto por el oyente?


Evaluando la habilidad para entretener

¿Habla usando imágenes mentales o ilustraciones?
¿Usó un apoyo visual?
¿Hizo participar a sus oyentes mediante preguntas y respuestas?


Evaluando las cualidades de la voz

¿Suena intensa su voz?
¿Es suficientemente clara su pronunciación? ¿Se entienden sus palabras?
¿Modula la voz agradablemente, armonizando su tono con el material y la ocasión?
¿Habla a una velocidad equilibrada, haciendo pausas apropiadas?


Evaluando el cuerpo y sus movimientos

¿Comunica seguridad y aplomo su postura, se le ve estable y en equilibrio?
¿Refleja modestia su arreglo personal, comunicando limpieza y orden?
¿Convencen sus gestos y ademanes, es decir, parecen naturales y efectivos?


Evaluando el uso del bosquejo

¿Usa el bosquejo de manera eficaz, mirándolo solo de vez en cuando?
¿Se nota que todas sus ideas están conectadas lógicamente entre sí?
¿Sonaron eficaces sus primeras palabras?
(Si las bases no especifican un saludo o tratamiento, no se exigirá)
¿Sonaron eficaces sus últimas palabras?
(Si las bases no especifican un resumen general, no se exigirá)


Evaluando la puntualidad y duración del discurso

¿Se presentó a tiempo?
¿Se atuvo al tiempo que se le concedió, sin propasarse del límite establecido?
¿El comienzo y el final tuvieron un largo adecuado?

Como vemos, un concurso de oratoria no es un juego ni debería usarse como parte de un entrenamiento básico. Es un asunto serio que requiere que tanto participantes como jueces sepan por lo menos algunas nociones mínimas sobre oratoria y entiendan todo lo que implica un concurso.


Cartilla de evaluación

Teniendo en cuenta todo lo anterior y a fin de que la crítica resulte objetiva y no puramente emocional, al organizador le compete imprimir cartillas de evaluación u hojas de opinión para el uso de los jueces según se haya definido la política de evaluación.

Aunque el contenido informativo es, a nuestro modo de ver, lo más importante en oratoria, generalmente el peso del incentivo que mueve a un auditorio a hacer lo que se le recomienda recae sobre los gestos y la forma. Por eso los jueces han de equilibrar su opinión entre ambos aspectos. Si solo se fijan en la forma ('¡Me gustó"'') podrían descuidar el mensaje (“¿Se benefició el auditorio?”), lo cual es lo que verdaderamente cuenta.

Un discurso o declamación puede ser precioso o dramático solo en forma y hasta conseguir una ovación; u otro, sin tanta carga emocional, podría lograr efectos más profundos y significativos en el auditorio; pero un juez equilibrado observará más allá del impacto emocional. Porque entiende que un orador eficaz equilibra el aspecto emotivo con el intelectual con el fin de beneficiar a sus oyentes. Si todo el peso del discurso recayera sobre el impacto emocional, el orador probablemente procure un beneficio para sí mismo (el premio) en vez de beneficiar al auditorio (el objetivo real).

Oratorianet contiene una cartilla en evaluación el la Separata de Las 4 Leyes, que está disponible en nuestra tienda. Pero esta solo se da a modo de pauta. Los aspectos específicos a evaluarse, que deben figurar en la cartilla del concurso, ha de ser diseñada enteramente por el organizador siguiendo la política de evaluación.


Preguntas de reflexión

Por eso, cuando te inviten a servir como juez en un concurso de oratoria, pregúntate:

¿Entiendo razonablemente bien cómo funcionan los principios de la oratoria?
¿Entiendo bien las bases del concurso?
¿Se evaluará la forma? ¿El contenido? ¿Ambas cosas?
¿Hasta qué grado se exigirá el cumplimiento estricto de los principios?
¿Son los participantes estudiantes de oratoria experimentados, o principiantes?
¿Cuál es el propósito principal del concurso?

Para organizar u concurso de éxito en oratoria, tanto los jueces como los participantes y sus asesores deben entender las bases del concurso y saber qué aspectos se tendrán en cuenta en la evaluación. Solo así se minimizará el desaliento que suele embargar a algunos concursantes por pensar que hubo injusticia en la evaluación.

En vez de basarte en 'me gustó' o 'no me gustó', lo apropiado es analizar qué tan bien desplegó el orador la aplicación de los principios.

ARRIBA