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¿Es imprescindible la impostación de la voz?

©Miguel Ángel Ruiz Orbegoso

Impostar consiste en colocar los órganos de la voz de modo que el sonido se proyecte agradablemente, sin vacilación ni temblores hasta la última fila del auditorio. Aunque en la antigüedad la practicaban los cantantes, actores, oradores y maestros para que el mensaje se oyera con claridad, así como para protegerlos del daño ocasionado por el uso constante, el descubrimiento del micrófono la hizo opcional.

Hoy en día casi cualquier persona puede hacer una exposición brillante sin necesidad de recurrir a la impostación vocal, porque existe el micrófono. Por otro lado, aparte del beneficio físico, es un hecho demostrado que los locutores y reporteros que cultivan su voz suenan mejor que los empíricos que solo gritan y la descuidan. No es imprescindible la impostación, pero propende a ventaja. Una voz cultivada siempre suena mucho mejor que una que no ha recibido entrenamiento alguno.


Como sucede con cualquier disciplina, los ejercicios siempre ayudan a mejorar las habilidades. Si uno practica ejercicios de matemáticas, puede afinar su mente para realizar cálculos cada vez más complicados. Si practica ejercicios aeróbicos, puede llegar a rendir mucho más físicamente que una persona promedio. Asimismo, si uno practica ejercicios para la voz, aunque solo sea para mejorarla un poco, puede sacarle más provecho en sus discursos y presentaciones, porque sonará vigorosa, equilibrada, agradable al oído y culta.

Aunque Oratorianet no promueve los ejercicios de impostación, porque no la considera imprescindible, sí recomienda algunos ejercicios mínimos de respiración y resonancia para ayudar a la voz a sonar más intensa, calmada, agradable y educada. De todos modos, en caso de que una persona decida aprender técnicas de impostación, sugerimos que se lleven a cabo progresivamente y bajo la supervisión de un especialista, porque los órganos de la voz reciben la contribución del diafragma, músculo que funciona como un fuelle para expulsar el aire de los pulmones, el cual podría experimentar problemas si se lo ejercita indiscrimindadamente o sin precaución.

Para nosotros, el volumen, la velocidad, el tono y la pronunciación son los cuatro aspectos de la voz que han de mejorarse para sonar intensa, calmada, agradable y educada, y para lograrlo no creemos que sea necesario tomar un curso de impostación. En la mayoría de los casos basta con realizar algunos de los mencionados ejercicios. Hallarás información pertinente en los archivos 1 y 3 de Las 4 Leyes. Y si quieres indagar respecto a instituciones que ofrecen cursos profesionales de impostación vocal, puedes teclear IMPOSTACIÓN VOCAL o IMPOSTACIÓN DE LA VOZ en un buscador como Google o Yahoo.

Aunque Oratorianet no recomienda ningún curso, método o institución en particular, deja que sus lectores averigüen y decidan por sí mismos en cuanto a si uno de estos les conviene. En todo caso, si todavía quieres ir más allá de los ejercicios sencillos, te recomendamos consultar primero con un otorrinolaringólogo o un foniatra y pedirle recomendaciones específicas que contemplen tus propias limitaciones físicas.

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