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¿Doy un discurso o una conferencia?
¿Qué me recomiendan?
©Miguel Ángel Ruiz Orbegoso

No podemos remomendarte lo uno o lo otro, porque es una decisión que debes tomar por tu cuenta. Pero podemos dartealgunas pautas para reflexionar. En la mayoría de los casos lo mejor es la conferencia, pero dependiendo del propósito de tu presentación, puedes presentar tu tema como una conferencia o un discurso, o una combinación de ambos.

Se sugiera dar un discurso cuando

El objetivo es presentar información para que el oyente la conozca
El asunto es largo y no dispones de mucho tiempo para preguntas, respuestas ni comentarios
Impartes instrucciones que deben acatarse y no hay nada que discutir
Grabas la presentación y no hay manera de que tus oyentes participen

Se sugiere dar una conferencia cuando

El objetivo es presentar información y someterla a discusión para tomar decisiones
Dispones de suficiente tiempo para permitir preguntas, respuestas y comentarios
Impartes instrucciones y quieres asegurarte de que entendieron

Los maestros en particular tienen que dominar el estilo conferencia, porque no solo deben transmitir información, sino asegurarse de que sus estudiantes han entendido cabalmente la explicación para ponerla en práctica, por lo que necesariamente tienen que dialogar valiéndose de preguntas, respuestas y comentarios espontáneos.

Si bien es cierto puede dejar tiempo para preguntas y respuestas al final de la clase, en la mayoría de los casos es mejor promover el diálogo constructivo desde el mismísimo comienzo de la presentación, no solo para evitar el aburrimiento típico de las clases tradicionales, sino para disfrutar de la interacción. Aunque las preguntas y comentarios espontáneos suelen incomodar al maestro porque desvían el tema o consumen el tiempo que debe dedicarse a la explicación, enriquece su próxima clase porque puede incorporarle innovaciones útiles.

Una presentación de oratoria no es un libro de papel

Pueden hacerse cambios a los libros electrónicos y páginas web. Pero a no ser que haya sido impreso con el sistema POD (Print On Demand o Impreso Por Demanda), un libro de papel es rígido. Después de la impresión no se puede cambiar. En tal caso, solo se le pueden hacer modificaciones al texto después de impreso si el productor paga por la molestia.

En cambio, la oratoria es flexible. El orador puede adaptar su presentación a las circunstancias, al tiempo y a la mentalidad de sus oyentes. No es una vía de un solo sentido, como ocurre con un libro de papel (donde el lector es meramente un receptor de información), sino de doble sentido, porque el orador puede dialogar en tiempo real con sus oyentes.

Es verdad que Internet abrió una nueva era en la publicación y lectura de libros. El lector de una página web puede escribir un e-mail al autor y recibir su respuesta al cabo de un tiempo razonable, o dialogar en tiempo real mediante el messenger. Y más que eso, la vídeoconferencia le ofrece la opción de estar presente aunque se encuentre a mil millas de distancia, y hasta participar en ella, en tiempo real.

Entonces, ¿doy un discurso o una conferencia?

Si solo hablarás tú, es un discurso, pero si habrá alguna clase de diálogo con tus oyentes, es una conferencia.
Puedes dirigir la conferencia con la tónica del diálogo desde el incio de la misma, o puedes explicar a tus oyentes que reserven sus preguntas y opiniones para cuando termine tu discurso, o para el final de la explicación de cada punto principal. También puedes permitir las preguntas a manera de diálogo, o especificar que solo recibirás preguntas por escrito, en pequeñas hojas de papel. Pero si no habrá diálogo, es solo un discurso.

Sugerimos dar un discurso cuando no tienes tiempo ni lugar para entablar un diálogo con tus oyentes; y una conferencia cuando tengas que impartir una clase o necesitas respuestas y comentarios de tus oyentes para enriquecer la explicación.

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