¿Por
qué
los concursos de oratoria me estresan?
©Miguel
Ángel Ruiz Orbegoso
Respecto
a los concursos de oratoria, puedes navegar por Oratorianet y leer los
artículos: “Bases para un concurso de
oratoria” y “Cómo servir de juez en un
concurso de oratoria”, que aparecen en nuestra Casilla de
Respuestas. Allí
no
solo encontrarás nuestro punto de vista respecto a los
concursos, sino algunas
pautas interesantes en caso de servir como juez.
Si
bien
es cierto que algunos maestros justifican el espíritu de
competencia como una
forma de acicatear el desarrollo, también es cierto que
ganar y perder siempre
ha sido una causa de sufrimiento a través de la historia.
John Nash, ganador
del Premio Nobel cuya vida y obra inspiró la
película "Una Mente
Brillante", decía que no le gustaban las competencias porque
producían
perdedores. Si los concursos de oratoria están
estresándote, estás
experimentando la dolorosa consecuencia de dicha aseveración.
En
cuanto
a los jurados, tenemos nuestras reservas personales respecto a sus
calificaciones como tales. A veces se invita a algunas personas para
que sirvan
de jueces aunque no entienden la oratoria como arte, es decir, como una
manifestación autobiográfica, única,
que merece un lugar propio y exclusivo; y
otras que dominan tanto el lenguaje que llegan al punto de volverse
hipercríticos
y no comprenden que la norma de la Academia
es que nadie, ni la Academia ni
ningún
gramático, puede con derecho erigirse en gobernador de la
lengua. La diversidad
del habla está gobernada por el instinto de los que la
hablan en una comunidad
en particular. La lengua evoluciona constantemente. La Academia
no impone ni
prohibe. La autoridad del Diccionario se basa en la realidad de la
lengua culta
común tal como la usan los mejores escritores, y en vez de
decirnos como
deberíamos hablar, solo nos dice cómo escriben y
hablan los mejores escritores
hispanos, para fomentar lo que se ha llegado a denominar conciencia
lingüística, corrigiendo nuestra habla con base en
la calidad, no solo en la
eficacia.
Sin
embargo, si algún jurado pone objeciones diciendo que solo
deben presentarse
poemas, o por lo contrario, no deben presentarse poemas, tal vez sea
tiempo de
modificar la costumbre. Sea como fuere, en las Bases del Concurso los
organizadores deben especificar si se aceptarán o no los
poemas. Es muy importante
que los concursos consideren diferentes categorías, tanto
respecto a las edades
como a las calificaciones, temas y estilos. De ahí la
invitación a examinar
nuestros artículos “Bases para un concurso de
oratoria” y “Cómo servir de juez
en un concurso de oratoria”.
No
todos
los que sirven de jueces tienen capacidad ni habilidad para juzgar; y
por otro
lado, es realmente difícil declarar un ganador cuando todos
los discursos son
interesantes y están bien presentados. La oratoria es como
la pintura. No es
justo discriminar a un artista y decirle que sus obras son peores o
mejores que
les de otro artista. El arte es individual y no puede estar sujeto a
conceptos
tales como bonito y feo. Cada obra es individualmente interesante.
La
expresión corporal es importante desde nuestro punto de
vista, pero no lo es
todo. Dependiendo
de la categoría del
concurso o de los concursantes, en algunos casos la calidad en el
lenguaje
pudiera ser imprescindible para que alguien pueda ostentar el primer
puesto de
un concurso de oratoria. Pero la manera de expresarlo con el cuerpo
afecta la
persuasión y no puede descartarse.
Si
los
concursos de oratoria están traumándote, ten en
cuenta que un trauma es una
herida emocional profunda y duradera. Si verdaderamente es tan severo
el
impacto, probablemente necesites más que un consejo. Tu
salud mental es más
importante que la salud física, porque de ella dependen
muchas cosas
importantes en tu vida, como, por ejemplo, tu autoestima, de la cual
dependen
todos tus éxitos y la manera de afrontar las frustraciones.
Si se daña tu amor
propio, se daña todo lo demás. Si piensas que
este asunto se te escapa de las
manos, delega responsabilidades o desiste de seguir participando.
Recuerda:
“Mejor es un perro vivo que un león
muerto”. Sería paradójico que dedicaras
tu
vida a algo que acabará con tu vida.
Pocas
competencias ponen en juego el amor propio y la autoestima de una
manera tan
directa como la oratoria, porque la personalidad se pone en juego. En
Oratorianet no apoyamos la idea de que alguien gane a costa del
sufrimiento de
los que pierden. Eso solo alimenta equivocadamente el ego del ganador
haciéndole creer que se ha convertido en un líder
solo porque gritó un par de
tonterías que impactaron. La historia universal
está inundada con la sangre
líderes o caudillos que promovieron causas que hoy se
cuestionan en programas
de televisión que reconsideran la verdad.
Laura
Bush habló en la White House
Correspondents’ Annual Dinner de 2005 y agradó a
sus
oyentes contando anécdotas de su vida como primera dama. Fue
un despliegue
increíble de oratoria de entretenimiento y una excelente
manera de conocer el
lado humorístico de su personalidad. Resultó
encantadora. Y aunque no faltaron
quienes la tildaron de comediante, su estilo fue incuestionablemente
agradable.
No tenía por qué ceñirse al estilo de
criticones que creen que la oratoria
siempre debe ser seria y carente de chispa. Igualmente, a veces los
desfasados
son los diseñadores de las bases de los concursos o los
jueces mismos de los
concursos, que quieren encasillar la oratoria en un estilo de miras
estrechas.
Por
eso,
si un concurso te está robando la felicidad, tal vez sea
tiempo de hacer
algunos ajustes en tu vida. Puedes hacer de la participación
general una mejor
opción, una donde cada uno sea un ganador y no haya
perdedores. Es mejor que
todos participen, cada uno con su propio estilo, y no que alguien diga:
“A este
le daremos la corona, y a este se la quitaremos”.
¿Por qué no decir: “Los
felicitamos a todos por sus excelentes discursos”?.
Por
alguna extraña razón algunos creen que todo lo
interesante tiene que ser
convertido en materia de concurso. Es una razón por la que
los cultores del
windsurf de alto riesgo buscan playas remotas para practicar su deporte
favorito. No quieren que se convierta en un concurso. Solo quieren
disfrutar de
hacer algo sin que nadie lo convierta en competencia.¿Y
acaso no todos los
saltos de las bailarinas deportivas son maravillosos? ¿Por
qué y de quiénes es
la necesidad de buscar alguien que gane y alguien que pierda... con un
gran
costo emocional?
La
oratoria no tiene por qué ser estresante ni convertirse en
una herramienta de
frustración. Todo lo contrario. Recuerda: Cada quien tiene
su propio estilo, y
es absurdo dedicar la vida a algo que puede acabar con tu autoestima.
Algunos
critican Oratorianet porque no es así o asá, y a
veces nos escriben diciéndonos
cómo deberíamos ser o cómo y acerca de
qué deberíamos escribir. No toleran las
diferencias. Quieren que haya ganadores y perdedores. Quieren que
seamos de
otra forma. Pero la vida real no es así. La verdad es que el
universo brilla
por las diferencias. Ni siquiera dos copos de nieve son iguales, dos
huellas
digitales, dos rostros, dos amores, dos ilusiones. ¿Por
qué enfrentar a unos
contra otros, ya sea respecto al surf, el baile acrobático,
la pintura, la
escritura, la oratoria o cada cosa nueva que parece bonita o
interesante?
Tratar de ser el mejor siempre será sin duda estresante.
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