REGRESAR

Las 4 posiciones existenciales
©Miguel Ángel Ruiz Orbegoso

Las cuatro posiciones existenciales* son un concepto acerca del cual escribió ampliamente el Dr. Thomas Harris como un enfoque práctico del análisis conciliatorio o análisis transaccional, modelo de psiquiatría social creado en la década del 60 por el Dr. Eric Berne como "una teoría de la personalidad y de la acción social y un método clínico de psicoterapia basado en el análisis de todas las transacciones posibles entre dos o más personas sobre la base de estados del yo específicamente definidos”.

La presente explicación no es una apología de dicha teoría, sino solo un enfoque práctico aplicado a la oratoria, y como tal, solo debe tomarse como punto de referencia y ejemplo, no como una definición inflexible ni dogmática. Las cuatro posiciones son:

1. YO ESTOY BIEN/TÚ ESTÁS BIEN
2. YO ESTOY BIEN/TÚ ESTÁS MAL
3. YO ESTOY MAL/TÚ ESTÁS BIEN
4. YO ESTOY MAL/TÚ ESTÁS MAL

Al dirigirse al auditorio, el orador inicia,
ya sea espontánea o conscientemente, una acción social basándose en una de cuatro porsiciones existenciales. Y aunque las modifique durante el discurso, es muy difícil, si no imposible, cambiar el concepto que el auditorio se formó con la primera impresión (a no ser que la primera impresión haya sido tan solo un teatro para ilustrar algún comportamiento indeseable).

Las cuatro posiciones son, por tanto:

4. USTEDES ESTÁN MAL/YO ESTOY MAL
3. USTEDES ESTÁN BIEN/YO ESTOY MAL
2. USTEDES ESTÁN MAL/YO ESTOY BIEN
1. USTEDES ESTÁN BIEN/YO ESTOY BIEN (recomendable)

Posición 4
("TODOS USTEDES ESTÁN MAL, YO TAMBIÉN ESTOY MAL")

Desde esta posición, el orador se dirige a sus oyentes pensando que son unos tontos, brutos, equivocados, farsantes, hipócritas o despreciables, pero él mismo
sabe que proyecta la imagen de una persona dominante, intolerante, ruda, incompetente o fracasada. La esencia del egotismo y la arrogancia. ¡Todos estamos mal!

El auditorio tal vez coopere si ve que los incentivos son irresistibles. Pero no lo harán de corazón, sino por interés egoísta. Si la motivación no es del agrado del auditorio, no cooperarán ni en sueños.

En un plano de menor intensidad, en algunos casos o momentos, el orador tal vez decida proyectar la imagen de que todos (incluyéndose) estamos mal (porque todos somos imperfectos), solo para destacar que podríamos mejorar un poquito si aplicáramos ciertos consejos.

Posición 3. USTEDES ESTÁN BIEN/YO ESTOY MAL

Desde esta posición, el orador se dirige al auditorio proyectando una imagen débil, tímida, inepta, disminuida, pobre e incapaz de hacer un buen discurso, o quizá pensando que sería mejor que lo hiciera otra persona, mientras ve al auditorio como un juez implacable e inmisericorde que lo derrotará y criticará de manera fulminante. Con una actitud así, sus oyentes difícilmente se sentirán impulsados a cooperar.

Esta posición inspira lástima. Aunque el oyente perciba que el orador respeta y encomia al auditorio, no siente lo mismo por él. El resultado es un escaso poder de convocatoria. No despertará ningún deseo de cooperar. No le harán caso.

En un plano de menor intensidad, por alguna razón en particular, el orador tal vez decida proyectar una imagen de inferioridad, considerando superiores a sus oyentes ("ustedes son importantes para mí"),
para destacar su humildad. Pero solo lo hace para enfatizar su convicción de que no tiene intención de imponerles nada, sino solo de contribuir a su desarrollo y progreso.

Posición 2. USTEDES ESTÁN MAL/YO ESTOY BIEN

Desde esta posición, el orador se dirige al auditorio proyectando una imagen exagerada de sí mismo, como si estuviera andando sobre las nubes, con la nariz en el cielo y la boca en la tierra, dando la impresión de que se considera un modelo perfecto. Proyecta la imagen de creer que sus oyentes son de una casta, clase o raza inferior, lastimosos, incapaces o ignorantes ("si ustedes no son como yo, no valen nada"). Probablemente cooperen, pero porque se sienten intimidados o forzados, o porque los incentivos son irresistibles, pero no porque realmente deseen cooperar. Esta posición despierta antagonismo, desprecio y rechazo. El oyente se siente indispuesto a cooperar, no da su brazo a torcer, y seguramente opondrá resistencia de maneras poco disimuladas. Es una posición tan peligrosa que podría provocar que le arrojaran huevos, si no fisicamente, por lo menos mentalmente.

En un plano de menor intensidad se consigue el mismo efecto. Es una posición detestable. I
mpacta desagradablemente el amor propio de cualquiera.

Posición 1. USTEDES ESTÁN BIEN/YO ESTOY BIEN (recomendable)

Desde esta posición, el orador se dirige al auditorio sintiéndose equilibrado, aplomado, digno y seguro de sí mismo, inspirando en sus oyentes el sentimiento de que los considera como sus iguales, como personas que merecen toda su dedicación y aprecio, está asumiendo la posición 1. ¡Todos estamos bien! Esta es la posición ideal para un buen desempeño. Demuestra respeto por los derechos humanos. Sus oyentes se sienten animados a reflexionar y depositar su confianza. Sin duda se esforzarán por poner en práctica las sugerencias recibidas. Su mente y corazón están abiertos. No es raro que reaccionen con un aplauso generoso. "¡Todos estamos bien!" en el sentido de que vamos juntos en el camino del progreso, no en el sentido de que nadie nos puede dar consejos o que no necesitemos nada de nadie.

Nuestro consejo es que el orador inicie y mantenga en todo momento la posición 1, y evite a toda costa cualquier rasgo, postura, opinión o comentario que lo sitúe en la posición 2. Y solamente valerse
en menor intensidad de las posiciones 4 y 3 cuando lo exijan las circunstancias, calculando bien y de antemano la sinergia que podrían generar, a la luz de las serias advertencias arriba indicadas.

ARRIBA