¿Conocimiento es poder?
©Miguel Ángel Ruiz Orbegoso
Muchas
veces oímos decir que el conocimiento es poder, pero
¿alguna vez nos hemos detenido a reflexionar por un momento en
lo que el conocimiento y el poder significan?
Por
conocimiento, en el contexto de este artículo, me refiero a la
facultad que uno tiene de averiguar o haber averiguado mediante la
aplicación del intelecto la naturaleza y cualidades de las
cosas, y de la relación que existe entre unas y otras. Y por
poder, a la facultad o potencia de causar efectos en las cosas, a la
habilidad para dar órdenes para que algo sea ejecutado.
Cuando
oímos la expresión "conocimiento es poder", ¿la
aceptamos porque suena bien, o porque entendemos lo que verdaderamente
significa para nosotros? ¿En qué sentido puede
convertirse en poder el conocimiento?
Una central de poder
Ilustrémoslo
así: Un joven inexperto recibe una cuantiosa herencia tras le
muerte de sus padres. Ellos lo engrieron hasta el punto de consentirle
todos sus caprichos, uno de los cuales fue no estudiar ni capacitarse
en oficio alguno. Ahora se ve ante la imperiosa necesidad de tomar
decisiones trascendentales en su vida. ¿Crees que el haber
recibido tanto dinero lo capacita automáticamente para conducir
los destinos de todo ese patrimonio? Bueno, el conocimiento es como una
herencia. No sirve para nada si uno no sabe qué hacer con
él.
Otra
ilustración: En las montañas hay un caudaloso río.
El gobierno decide edificar una central hidroeléctrica para
abastecer de electricidad a la ciudad. ¿Acaso significa que
enviará el agua del río por tuberías a los
hogares, para encender las luces, los televisores y refrigeradores?
¡De ninguna manera! Significa que el agua será usada para
activar unas turbinas enormes que producirán y acumularán
una gran cantidad de energía, la cual será enviada a
subestaciones de la ciudad, que son las que finalmente la
transformarán en un voltaje capaz de ser utilizado en los
hogares y oficinas y hacer funcionar los equipos.
El
conocimiento es como la energía acumulada en una central
hidroeléctrica. Solo es útil si se la trata y canaliza
apropiadamente de manera que sirva al propósito para la cual se
produjo. El conocimiento en sí mismo no sirve si uno no sabe
para qué sirve. En otras palabras, el conocimiento es poder solo
en el sentido de ser como una cuantiosa herencia que recibimos, o como
la energía acumulada de una central hidroeléctrica. Eso
nos lleva a la verdadera esencia de este artículo: Si bien es
cierto que el conocimiento es un poder acumulativo, no nos sirve para
nada si no sabemos qué hacer con él. Dile a un ignorante
que Pi es igual a 3.1416. No le servirá de nada.
Energía canalizada
El
conocimiento solamente se convierte en un verdadero poder cuando lo
canalizamos adecuadamente para llevar cabo determinada tarea. Si no
entendemos lo que debemos hacer, tal vez solo resultaríamos
eficaces debido a la casualidad.
Los llamados animales inferiores reciben
ese poder al tiempo de ser concebidos. Lo denominamos 'sabiduría
instintiva'. Por ejemplo, el ave tejedora no va a una escuela para que
le enseñen a sumar 2+2, pero teje su nido de tal manera que deja
asombrados a los ingenieros y arquitectos. ¿Cómo lo hace?
Las arañas no saben hablar inglés ni usar una
computadora, pero producen substancias resistentes para la
fabricación de unas telarañas que, si el hombre fabricara
un elemento a una escala proporcional, podría servir para
detener un avión Jumbo en pleno vuelo sin romperse.
Los
seres humanos no recibimos todos nuestros conocimientos y dones por
mero instinto. La mayoría los recibimos de otros seres humanos.
Además, poco a poco obtenemos un discernimiento natural que
podemos utilizar para saber qué hacer ante determinada
circunstancia. El fuego calienta, el frío enfría, el agua
disuelve, algunas cosas pueden comerse, otras no, poco a poco
aprendemos a usar o canalizar esos conocimientos para causar efectos
específicos en nuestra vida y beneficiarnos. Aprendemos a vivir.
Conocimiento organizado es poder
¿De modo que cuanto más sabes, más poder tienes? ¡De ninguna manera! Cuanto mejor sabes organizar y usar el conocimiento, más
poder acumulas. Porque hemos visto que no es el conocimiento en
sí lo que te da poder, sino el que eres capaz de organizar para
alcanzar un objetivo. Recuerda la herencia: Si no sabes qué
hacer con ella, solo la despilfarrarás. Solo experimentas la
sensación de poder cuando alcanzas una meta mediante el uso
eficaz del conocimiento.
Por
ejemplo, los conocimientos de oratoria son más útiles
cuando estudias un método práctico que te ayuda a
entender cómo funcionan los principios y las técnicas.
Solo así puedes aplicarlo eficazmente. No basta con la
sinceridad ni la confianza interior. Cuanto mejor entiendes el por
qué de las técnicas, más eficacia adquieren tus
expresiones. Entonces recibes un merecido aplauso, que significa que
ejerciste poder sobre
tus oyentes. Y hay un detalle aún más importante cuando
se trata de usar el conocimiento. ¿Cuál?
Lo más importante de todo consiste en ejercer el poder sabiamente
Hemos
visto que el conocimiento organizado te confiere cierto poder, pero eso
tampoco significa que automáticamente lo usarás de manera
benéfica. Jamás olvides esto: Las cárceles del
mundo están llenas de expertos en muchas ramas del saber. Casi
todos los días los noticieros nos muestran cómo muchos
profesionales de gran trayectoria son llevados tras las rejas por haber
organizado sus conocimientos para alcanzar objetivos egoístas.
Ilustrémoslo
así: Un ingeniero electricista organiza sus conocimientos para
electrocutar a su cónyuge con el fin de cobrar su seguro de
vida. Tétrico, pero real. Tiene un poder acumulado en la central
hidroeléctrica de su mente, pero lo canaliza de manera
inadecuada. En realidad, se ha electrocutado a sí mismo, porque
su fin será conforme a sus actos.
De
modo que, aunque el conocimiento sea una facultad mediante la cual uno
pueda averiguar la naturaleza y cualidades de las cosas, y la
relación que existe entre unas y otras, y a pesar de que el
poder sea una facultad para causar efectos en las cosas, por ejemplo,
de dar órdenes para que algo sea ejecutado, más que
acumular poder en el sentido de organizarlo de cualquier manera, lo
importante es utilizar los recursos para que reporten beneficios a
corto, mediano y, sobre todo, largo plazo. El conocimiento solo se
traduce en verdadero poder cuando lo organizas para fines
benéficos, productivos y trascendentales.
Por
ejemplo, ¿de qué manera los conocimientos culinarios
podrían convertirse en un verdadero poder? Cuando los utilizamos
para crear platos deliciosos que pueden traducirse en recetas que
podamos aplicar una y otra vez, produciendo el mismo efecto placentero
en los comensales. Si le añadimos veneno y los matamos para
apropiarnos de sus pertenencias, a la corta o a la larga terminaremos
causándonos daño a nosotros mismos por haber usado el
conocimiento sin sabiduría.
Por
eso, acopia conocimientos, pero recuerda que solamente se
convertirán en una verdadera herramienta si los organizas
teniendo en mente un objetivo que beneficie a la humanidad. El
conocimiento organizado solamente se convierte en poder cuando el objetivo es altruista.
___
www.oratorianet.com