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El veneno del prejuicio
©Miguel Ángel Ruiz Orbegoso

Una turba mató a dos hombres por hallarlos tomando fotografías a unos niños en las inmediaciones de una escuela. Los lugareños los confundieron con secuestradores. Recientes casos de secuestro de niños los encendieron de cólera y el prejuicio los llevó a tomar la fatal decisión de darles una feroz paliza, lincharlos y quemarlos. Lamentablemente, eran policías federales que trabajaban encubiertos en un caso de narcotráfico en las escuelas.

Un hombre enfureció de celos y mató de varios tiros a un anciano cuando lo sorprendió durmiendo en su cama al regresar sorpresivamente de la oficina a media mañana para recoger algo que había olvidado. Su esposa no estaba en casa. Como su teléfono estaba malogrado, había corrido a un telé-fono público para llamarlo a la oficina y contarle que su hermano mayor, a quien no veía por más de 20 años, había llegado de viaje por hallarse muy enfermo, empobrecido y sin nadie que lo ayude. Al no saber qué hacer, se le ocurrió acostarlo en la única cama que había en la casa y correr a llamar  por teléfonoa su esposo.

Un hombre que no era fumador salió a regar su jardín y vio una colilla de cigarrillo. Se acercó, la recogió y la llevó al basurero en el momento que pasaba en su automóvil una vecina chismosa del barrio, quien divulgó la noticia de haberlo visto fumando.

"Dónde está mi prendedor", preguntó la desconfiada madre adoptiva. "No sé", respondió la niña. "¡Dime la verdad!", insistió, pero la niña siguió repitiendo: "No sé". Entonces, montando en cólera, la madre la amenazó con impedirle asistir a la fiesta del pueblo el fin de semana si no confesaba la verdad, a lo que la joven dijo: "Confieso que lo tomé para mirarlo y me lo llevé al pueblo, pero se me cayó en una alcantarilla. Por favor, perdóneme, señora". Ahora la madre la castigó encerrándola en su habitación y sin derecho a cenar esa noche por ladrona y mentirosa. Más tarde, la madre fue a abrigarse con una prenda de vestir y encontró el prendedor entre los pliegues. Le dolió mucho y corrió adonde la niña para disculparse, diciendo: "¿Por qué me mentiste diciendo que te lo llevaste y se cayó en una alcantarilla?", a lo que la niña respondió: "Porque cuando le dije la verdad usted no quiso creerme".

Este pasaje de la serie de televisión Anne de Green Gables ilustra de una manera maravillosa lo estúpidas que pueden parecer las personas que se dejan llevar por un prejuicio. Felizmente, en este caso, hubo un final feliz: La madre se disculpó y la relación entre ambas mejoró.

Cierta actriz exitosa decidió compartir sus anécdotas y experiencias con las personas que pudieran interesarse en leer sus relatos. Eran tan agradables y conmovedores que no pasaba mucho tiempo hasta que le enviaran comentarios interesantes encomiándola y felicitándola, expresándole su satisfacción. Pero cierto día apareció un mensaje de error en el Blogger: "Lo sentimos. Este blog ya no está disponible". ¿Qué había pasado? Las huestes del prejuicio, la maldad y las tinieblas hicieron su parte enviándole comentarios hirientes. Sus interesantes reflexiones cesaron. Una estrellita se apagó, o mejor dicho, la apagaron. 

¿Qué es el prejuicio?

El prejuicio se define como la acción de pre juzgar, es decir, emitir un juicio antes de tiempo o sin tener conocimiento cabal de un asunto. Significa parcialidad y error. Y el profundo daño que causa en las relaciones humanas es insondable. La cantidad de problemas que genera no tiene límites. Es un error ¡y una estupidez! porque supone llegar a conclusiones sin tener conocimiento de todos los factores implicados en un asunto.

Cuentan que cierta pareja de esposos no podía tener hijos, por lo que adoptaron a un perrito, el cual se ganó su cariño. Un día, la esposa milagrosamente quedó encinta y con el tiempo dio a luz un niño. Lamentablemente, notaron que el perro, ahora ya crecido, había cambiado. Aparentemente, estaba celoso del niño. Una tarde hicieron una fiesta en el jardín, pero el perro se había retirado del lugar. Como habían dejado al niño en su habitación, el padre subió para verlo y encontró una escena horripilante. El perro salía abruptamente de la habitación del niño moviendo la cola en señal de satisfacción, pero tenía la boca chorreando de sangre. Entonces, el hombre, indignado, le gritó: "¡qué has hecho!", sacó su arma y lo mató de varios tiros. Luego entró a la habitación del niño y vio que estaba plácidamente dormido en su cuna, pero al lado yacía una culebra grande, sin cabeza. El perro la había decapitado mordiscos salvando la vida del niño. No es bueno prejuzgar las cosas.

Por eso, antes de dar algo por sentado, asegúrate de tener todos los detalles necesarios; y si no tienes acceso a toda la información, detente y piénsalo dos veces. Es mejor guardar silencio y esperar a que todo se aclare, que si procedes en estado de prejuicio, cometerás un error que pudiera hacerte muy infeliz y hacer muy infelices a los demás.
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