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Carpe diem!

Carpe diem. Expresión del latín que muchos suelen utilizar en vez de "Aprovecha ahora la oportunidad". Por supuesto, en el buen sentido de la palabra. El ladrón también aprovecha todas sus oportunidades y no le interesa el mañana. No nos referimos a ello en ese sentido egoísta del término.

No solo vivimos en tiempos peligrosos, sino cambiantes. Desde el descubrimiento de la computadora la humanidad ha dado enormes pasos tecnológicos y dado a luz un sinfín de herramientas con las que ni siquiera había soñado un par de décadas atrás. Internet ha causado una sinergia tal que dichos pasos ahora se dan en distancias intelectuales que nadie sabe hasta dónde podrán llegar y servirnos para facilitarnos la vida y sacar el mejor provecho a nuestros esfuerzos.

Lamentablemente, no todos se ponen de acuerdo. Por un lado, nos mantenemos en la búsqueda de nuevas alternativas, pero por otro, el egoísmo de algunos obstaculiza la tan ansiada armonía mundial. Sabemos que la paz es un subproducto del orden, pero el orden los es de una sola norma para todos, y ese es un impase que el mundo no ha aprendido a superar.

Hoy estás leyendo estas líneas, pero no sabes si mañana podrás leerlas, ya sea porque la vida te cambie o porque esta página web ya no esté disponible. Por lo tanto, hoy más que nunca: Carpe diem! Aprovecha Oratorianet.com mientras puedas. No lo dejes para mañana.

Mr. Cassidy era un profesor de inglés que dictó clases de inglés en el local de la Cámara Junior de Lima durante muchos años. Su estilo era muy familiar, no según el frío estilo de las clases en un instituto, y sus alumnos lo apreciaban mucho.

Cierta noche que yo dictaría mis clases de oratoria, un caballero entró a la recepción para inscribirse en las clases de inglés, y lo escuché decir: "¡Ahora sí que seguiré todo el curso hasta el final! Mr. Cassidy tiene el mejor método para mí. Pero no he sido muy fiel. Empezaba el curso y luego lo descontinuaba, lo empezaba y lo descontinuaba. Pero ahora estoy plenamente decidido a terminarlo, porque lo necesito como nunca antes."

Lo miré y le dije: "¡Qué bien que usted haya decidido finalmente comenzar y perseverar hasta terminar el curso. Lo felicito por su buen deseo". Y la secretaria recepcionista lo quedó mirando sin atinar a decirle nada, porque el señor había sacado su dinero para pagar la inscripción, pero ella no se lo recibió. En realidad, lo veía tan entusiasmado que no sabía qué decirle. Me miró, y yo la miré como diciendo: "¡Vamos, díselo ya!". Y ella se armó de valor y le dijo: "Mr. Cassidy ha fallecido".

Es solo cuestión de tiempo hasta que tarde o temprano todos nos enfrentamos a la realidad de haber dejado pasar una excelente oportunidad. A veces la mejor oportunidad de todas llama a nuestra puerta en el momento más inesperado y la dejamos pasar sin percatarnos de que en ello está envuelta nuestra vida. Que no te suceda.

Carpe diem!