¿Cuáles son algunas pautas importantes?

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¿Con cuánta anticipación me sugieren prepararme?

Lo más recomendable es poner a funcionar tu mente profunda cuanto antes enfocando una idea central para que en todo momento (aun durante el sueño) esté predispuesta a atraer instintivamente los pensamientos y las emociones que enriquezcan el punto principal. Porque dos de las muchas cualidades de nuestro subconsciente es que (1) nunca descansa y (2) no se le escapan los detalles.

Si programas tu mente por medio de ordenarle enfocar y perseguir un solo objetivo, tu mente se convertirá en un imán de partículas de detalles y te hará consciente de los mismos para que decidas lo que quieras usar o descartar. Si dejas la preparación para lo último, desaprovecharás ese maravilloso recurso y una de las consecuencias será que tu cuerpo no estará predispuesto para el éxito. Porque si bien es cierto que la adrenalina puede ayudarte en el último momento, te ayudará más si te preparas lo antes posible, disminuyendo tus niveles de estrés. ¡Por eso tienes que empezar ya mismo!
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Por lo tanto, cuando alguien tiene que presentar un discurso, no es una buena recomendación decirle que no mire a nadie a los ojos, que mire a las paredes o a los asientos vacíos, o que entierre la mirada en un escrito, o que, si es corto de vista, se quite los anteojos. Porque eso impide el contacto, y por tanto, la verdadera comunicación. Lo correcto es animarlo a establecer contacto visual y aprovechar plenamente el feedback o retroinformación para adaptarse a las circunstancias a medida que expone.  
¿Adónde mirar?

La mirada comunica franqueza. ¿Por qué crees que las madres generalmente dicen a sus hijos pequeños "¡¡Mírame a los ojos!!" cuando quieren saber si estos están mintiendo? Porque esquivar la mirada intencionalmente es una señal de esconder algo. De hecho, las personas evaden el contacto visual cuando no quieren revelar o que alguien descubra lo que sienten. Por el contrario, cuando son sinceras y abiertas suelen mirar directamente a los ojos. Por eso también es un símbolo de gran confianza personal. Los mentirosos, hipócritas y estafadores suelen mirar directamente a los ojos para engañar, porque saben que los demás interpretarán sus intenciones como francas.
¿Cómo me presento?

Las técnicas modernas de redacción animan a que se vaya directamente al grano. La gente ya no presta tanta atención a las formalidades del tipo "De nuestra consideración" o "Estimados señores". En oratoria también ha habido cambios en las costumbres. La mayoría de maestros recomiendan que se vaya directamente al grano, y que solo se incluya un tratamiento breve en ocasiones especiales. Bastará con decir algo así como "Amigos" o "Señoras y señores", y si están presentes personalidades que la comunidad considera importantes, saludarlas a ellas primero. Por ejemplo, "Señora Directora, Señores Miembros del Jurado", Señores Delegados, Señoras y Señores, Amigos (o Compañeros)".
Si quieres sentir más tranquilidad, te sugiero llegar antes que tus oyentes y darles la bienvenida, recorrer el lugar y saludar a cuantos sea posible, conversar con ellos y oír sus inquietudes. 
¿En qué momento presentarme?

Si quieres causar un gran impacto con tu puntualidad, te sugiero presentarte a la hora exacta. Muchos mirarán su reloj y notarán la exactitud. En todo caso, te sugiero llegar a más tardar unos 15 ó 20 minutos antes y quedarte en los alrededores hasta el momento de ingresar. Lógicamente, sería muy apropiado avisarle al organizador o al presidente de la reunión acerca de tu intención de ingresar a la hora exacta. Una persona responsable siempre procura llegar al lugar antes de la hora. Eso da suficiente tiempo para solucionar cualquier imprevisto.
¿Presentar demostraciones o escenificaciones?

Depende. Para presentar escenificaciones te sugiero contar solamente con personas responsables, colaboradoras, obedientes y despiertas que den realce a la presentación. Eso también te permitirá ensayar en poco tiempo y con la máxima eficiencia. Contar con personas tercas que se resistan a seguir tus instrucciones te dará problemas... ¡hasta podrían colgarte en el último momento diciéndote que las disculpes, que tienen que atender otro asunto!
¿Usar apoyos visuales?

Depende. Te sugiero usar apoyos visuales solamente si tienes habilidad para usarlos o has ensayado meticulosamente con ellos. Puedes usar uno o dos ayudantes que destaquen por ser personas con un alto sentido de responsabilidad, para que escriban en la pizarra o manipulen los objetos por ti. Solo una advertencia: Olvídate de contar con personas poco despiertas o poco colaboradoras. Echarán a perder el impacto. Contrata a personas detallistas que les guste cooperar y les interese hacer bien las cosas.
¿Si olvido una parte del discurso?

Olvidar es una cualidad de la memoria. El problema es cuando olvidamos algo que necesitamos recordar. Por eso, lo ideal es tener las ideas muy claras. Divide tus ideas en tres bloques y usa la segunda idea como un puente para pasar a la tercera, y reemplázalas con figuras relacionadas. Por ejemplo, imagina un mapa en el que sudamérica representa el capital, centroamérica, los sistemas de comercialización, y norteamérica, el mercado; o imagina un automóvil patrullero, que representa la estrategia, un camión de bomberos, que representa a los ejecutivos, y una ambulancia, que representa el marketing; o imagina una cabeza de toro, que representa la directiva de la institución, el tronco, que representa la institución, y las extremidades, que representan los canales de comunicación y servicios.
¿Ubicarme en una posición de cuerpo entero?

Depende. Hablar sin atril y sin mesa requiere una gran seguridad personal, porque uno se expone de cuerpo entero ante la mirada del público. En algunos casos es lo más conveniente. Por ejemplo, en una boda, celebración o funeral donde todos están alrededor, de pie. También cuando se dicta una clase o conferencia de capacitación en la que será necesario un roce constante con el auditorio. En tal caso, te sugiero evitar juntar o sobar las manos constantemente, esconderlas u ocuparlas innecesariamente, porque comunicarías inseguridad. Simplemente úsalas para ademanes o déjalas quietas a los lados, como en una postura natural.
¿Hablar desde el atril o desde la mesa?

Depende. Un atril siempre confiere más seriedad que hablar desde una mesa. Además, el atril permite que el auditorio se concentre más en el tema y el orador, porque cuando uno habla desde una mesa en la que otras personas están sentadas, la vista se distrae mucho. Si quieres máxima concentración, opino que sería mejor usar el atril o ser la única persona en la mesa. En todo caso, si usas el atril, no te balancees ni te bambolees de aquí para allá, como un péndulo. ¡Plántate sobre tus pies! Eso comunicará aplomo, seguridad y estabilidad emocional.
¿Hablar de pie o tomar asiento?

Depende. Hablar de pie o sentado causa diferentes efectos en cada persona. Si se trata de un discurso breve o una conferencia de prensa en la que solo se responderán pocas preguntas, tal vez sea mejora hacerlo de pie; si se trata de una reunión de trabajo o conferencia de prensa en la que se responderán muchas preguntas, o asesores participarán en responder, tal vez sea mejor que todos tomen asiento. 
Nadie puede decirte cuánto hablar en tal o cual ocasión. Lo importante es tener presente que la gente difícilmente tolera más de 30 minutos, sobre todo cuando el tema o la presentación son aburridos. Por otro lado, les parecerá corto si la presentación y el tema son interesantísimos y entretenidos. Por ejemplo, hay conferencias motivadoras que pueden durar varias horas sin que la gente note siquiera el paso del tiempo. Tu criterio es importante.
¿Leer el discurso o hablar sin papel?

Depende. Hay que leer cuando se trata del mensaje de otra(s) persona(s). Pero si se supone que es tu propio discurso, le restará impacto. No motivará ni moverá a acción. Pondrá en tela de juicio tu competencia, seguridad y originalidad. Rebajará tu imagen como orador. No parecerán tus palabras, sino que alguien te hizo la tarea. En oratoria, el contacto visual permanente con el auditorio es vital. La lectura mata dicho contacto. Si es tu discurso, habla con el corazón en la mano, es decir, sin leer, o a lo mucho, usando un bosquejo sencillo o porciones subrayadas del escrito.
¿Mandar a preparar el discurso o prepararlo yo?

Depende. Si decides escribir el discurso palabra por palabra, te sugiero redactar tu propio discurso, por sencillo que sea. Conviene más hablar con algunos pequeños defectos que hablar perfectamente y que todos se den cuenta de que otra persona te preparó el discurso (como la mamita que le prepara la tarea a su hijito). De todos modos, aunque la decisión es tuya, ten en cuenta la importancia de la presentación. Algunos prefieren gastar más y recurrir a los servicios de un corrector profesional de pruebas o a un redactor de discursos (www.escritores.org).

Ahora bien, si el discurso debe reflejar el sentir de un grupo, no de tu propia persona, será importante que tus palabras reflejen lo que todos sienten. En tal caso, sería conveniente rodearte de asesores. Otros pudieran preparar el discurso, y tú servir de portavoz. Incluso puedes leerlo. El auditorio no se resentirá. Pero es importante que te familiarices con el contenido y ensayes bien su lectura.
¿Improvisar o preparar el discurso?

Es mejor dejar las improvisaciones para las emergencias, cuando no tienes tiempo para preparar el discurso, o para practicar o ejercitar tu habilidad para improvisar. En todos los demás casos, es mejor que te prepares. Ahora bien, la preparación puede ser meticulosa o somera. Lo importante es prever tantos sucesos imprevistos como sea posible, sobre todo, qué preguntas podrían hacerte tus oyentes. Si quieres memorizar un tema, haz clic aquí y échale un vistazo a estas sugerencias.
¿Cuánto tiempo hablar?

Depende. En la mayoría de los casos los organizadores te dirán cuanto tiempo disponible tienes. También puede suceder que te den tiempo libre. En este caso, tu criterio personal es muy importante. Sería inadecuado explayarte demasiado cuando se trata de una cena en la que todos están hambrientos desde antes de llegar al lugar. En tal caso, es mejor ser breve. Pocos tolerarán más de 5 ó 10 minutos. Y sería muy inapropiado tener el discurso central de una celebración importante, y hablar solo 30 ó 60 segundos.
¿De qué hablo?

Haciendo clic en los siguientes links hallarás material que te servirá para preparar discursos breves:

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Pero no te quedes en lo elemental. Es mejor conocer y entender a fondo las técnicas y liberarte de la ansiedad de depender de otros para diseñar y presentar tus discursos. Tenemos páginas dedicadas a nuestras técnicas exclusivas, que contienen una mayor cantidad de temas, además de modelos de bosquejos para ser adaptados a toda clase de circunstancia.

¿Se casa un amigo o uno de tus hermanos o hijos? ¿Tienes que preparar unas palabras para despedir a tu jefe o compañero de trabajo? ¿Viene de viaje un familiar y quieres decir unas palabras en la reunión de bienvenida? ¿Cumples 25, 50 ó más años de matrimonio y deseas decir lo que sientes? En realidad son muchas las ocasiones para hablar en público que pueden someter a tensión a cualquiera, ¡cuánto más si no sabe nada de oratoria! Pero con un bosquejo modelo puedes adaptarlo a cualquier tema. ¿Por qué no visitas nuestras páginas de muestra?