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Lo
más recomendable es poner a funcionar tu mente profunda cuanto
antes enfocando una idea central para que en todo momento (aun durante
el sueño) esté predispuesta a atraer instintivamente los
pensamientos y las emociones que enriquezcan el punto principal. Porque
dos de las muchas cualidades de nuestro subconsciente es que (1) nunca
descansa y (2) no se le escapan los detalles.
Si
programas tu mente por medio de ordenarle enfocar y perseguir un solo
objetivo, tu mente se convertirá en un imán de
partículas de detalles y te hará consciente de los mismos
para que decidas lo que quieras usar o descartar. Si dejas la
preparación para lo último, desaprovecharás ese
maravilloso recurso y una de las consecuencias será que tu
cuerpo no estará predispuesto para el éxito. Porque si
bien es cierto que la adrenalina puede ayudarte en el último
momento, te ayudará más si te preparas lo antes posible,
disminuyendo tus niveles de estrés. ¡Por eso tienes que
empezar ya mismo!
ESTA ES SOLO UNA SECCIÓN
RESUMIDA CON TIPS PARA EMERGENCIAS DE ORATORIA.
Por
lo tanto, cuando alguien tiene que presentar un discurso, no es una
buena recomendación decirle que no mire a nadie a los ojos, que
mire a las paredes o a los asientos vacíos, o que entierre la
mirada en un escrito, o que, si es corto de vista, se quite los
anteojos. Porque eso impide el contacto, y por tanto, la verdadera
comunicación. Lo correcto es animarlo a establecer contacto
visual y aprovechar plenamente el feedback o retroinformación
para adaptarse a las circunstancias a medida que expone.
La
mirada comunica franqueza. ¿Por qué crees que las madres
generalmente dicen a sus hijos pequeños
"¡¡Mírame a los ojos!!" cuando quieren saber si
estos están mintiendo? Porque esquivar la mirada
intencionalmente es una señal de esconder algo. De hecho, las
personas evaden el contacto visual cuando no quieren revelar o que
alguien descubra lo que sienten. Por el contrario, cuando son sinceras
y abiertas suelen mirar directamente a los ojos. Por eso también
es un símbolo de gran confianza personal. Los mentirosos,
hipócritas y estafadores suelen mirar directamente a los ojos
para engañar, porque saben que los demás
interpretarán sus intenciones como francas.
Las
técnicas modernas de redacción animan a que se vaya
directamente al grano. La gente ya no presta tanta atención a
las formalidades del tipo "De nuestra consideración" o
"Estimados señores". En oratoria también ha habido
cambios en las costumbres. La mayoría de maestros recomiendan
que se vaya directamente al grano, y que solo se incluya un tratamiento
breve en ocasiones especiales. Bastará con decir algo así
como "Amigos" o "Señoras y señores", y si están
presentes personalidades que la comunidad considera importantes,
saludarlas a ellas primero. Por ejemplo, "Señora Directora,
Señores Miembros del Jurado", Señores Delegados,
Señoras y Señores, Amigos (o Compañeros)".
Si
quieres sentir más tranquilidad, te sugiero llegar antes que tus
oyentes y darles la bienvenida, recorrer el lugar y saludar a cuantos
sea posible, conversar con ellos y oír sus inquietudes.
Si
quieres causar un gran impacto con tu puntualidad, te sugiero
presentarte a la hora exacta. Muchos mirarán su reloj y
notarán la exactitud. En todo caso, te sugiero llegar a
más tardar unos 15 ó 20 minutos antes y quedarte en los
alrededores hasta el momento de ingresar. Lógicamente,
sería muy apropiado avisarle al organizador o al presidente de
la reunión acerca de tu intención de ingresar a la hora
exacta. Una persona responsable siempre procura llegar al lugar antes
de la hora. Eso da suficiente tiempo para solucionar cualquier
imprevisto.
Depende.
Para presentar escenificaciones te sugiero contar solamente con
personas responsables, colaboradoras, obedientes y despiertas que den
realce a la presentación. Eso también te permitirá
ensayar en poco tiempo y con la máxima eficiencia. Contar con
personas tercas que se resistan a seguir tus instrucciones te
dará problemas... ¡hasta podrían colgarte en el
último momento diciéndote que las disculpes, que tienen
que atender otro asunto!
Depende.
Te sugiero usar apoyos visuales solamente si tienes habilidad para
usarlos o has ensayado meticulosamente con ellos. Puedes usar uno o dos
ayudantes que destaquen por ser personas con un alto sentido de
responsabilidad, para que escriban en la pizarra o manipulen los
objetos por ti. Solo una advertencia: Olvídate de contar con
personas poco despiertas o poco colaboradoras. Echarán a perder
el impacto. Contrata a personas detallistas que les guste cooperar y
les interese hacer bien las cosas.
Olvidar
es una cualidad de la memoria. El problema es cuando olvidamos algo que
necesitamos recordar. Por eso, lo ideal es tener las ideas muy claras.
Divide tus ideas en tres bloques y usa la segunda idea como un puente
para pasar a la tercera, y reemplázalas con figuras
relacionadas. Por ejemplo, imagina un mapa en el que sudamérica
representa el capital, centroamérica, los sistemas de
comercialización, y norteamérica, el mercado; o imagina
un automóvil patrullero, que representa la estrategia, un
camión de bomberos, que representa a los ejecutivos, y una
ambulancia, que representa el marketing; o imagina una cabeza de toro,
que representa la directiva de la institución, el tronco, que
representa la institución, y las extremidades, que representan
los canales de comunicación y servicios.
Depende.
Hablar sin atril y sin mesa requiere una gran seguridad personal,
porque uno se expone de cuerpo entero ante la mirada del
público. En algunos casos es lo más conveniente. Por
ejemplo, en una boda, celebración o funeral donde todos
están alrededor, de pie. También cuando se dicta una
clase o conferencia de capacitación en la que será
necesario un roce constante con el auditorio. En tal caso, te sugiero
evitar juntar o sobar las manos constantemente, esconderlas u ocuparlas
innecesariamente, porque comunicarías inseguridad. Simplemente
úsalas para ademanes o déjalas quietas a los lados, como
en una postura natural.
Depende.
Un atril siempre confiere más seriedad que hablar desde una
mesa. Además, el atril permite que el auditorio se concentre
más en el tema y el orador, porque cuando uno habla desde una
mesa en la que otras personas están sentadas, la vista se
distrae mucho. Si quieres máxima concentración, opino que
sería mejor usar el atril o ser la única persona en la
mesa. En todo caso, si usas el atril, no te balancees ni te bambolees
de aquí para allá, como un péndulo.
¡Plántate sobre tus pies! Eso comunicará aplomo,
seguridad y estabilidad emocional.
Depende.
Hablar de pie o sentado causa diferentes efectos en cada persona. Si se
trata de un discurso breve o una conferencia de prensa en la que solo
se responderán pocas preguntas, tal vez sea mejora hacerlo de
pie; si se trata de una reunión de trabajo o conferencia de
prensa en la que se responderán muchas preguntas, o asesores
participarán en responder, tal vez sea mejor que todos tomen
asiento.
Nadie
puede decirte cuánto hablar en tal o cual ocasión. Lo
importante es tener presente que la gente difícilmente tolera
más de 30 minutos, sobre todo cuando el tema o la
presentación son aburridos. Por otro lado, les parecerá
corto si la presentación y el tema son interesantísimos y
entretenidos. Por ejemplo, hay conferencias motivadoras que pueden
durar varias horas sin que la gente note siquiera el paso del tiempo.
Tu criterio es importante.
Depende.
Hay que leer cuando se trata del mensaje de otra(s) persona(s). Pero si
se supone que es tu propio discurso, le restará impacto. No motivará ni
moverá a acción. Pondrá en tela de juicio tu competencia, seguridad y
originalidad. Rebajará tu imagen como orador. No parecerán tus palabras, sino que alguien te hizo la tarea. En oratoria, el
contacto visual permanente con el auditorio es vital. La lectura mata
dicho contacto. Si es tu discurso, habla con el corazón en la mano, es
decir, sin leer, o
a lo mucho, usando un bosquejo sencillo o porciones subrayadas del
escrito.
Depende.
Si decides escribir el discurso palabra por palabra, te sugiero
redactar tu propio discurso, por sencillo que sea. Conviene más
hablar con algunos pequeños defectos que hablar perfectamente y
que todos se den cuenta de que otra persona te preparó el
discurso (como la mamita que le prepara la tarea a su hijito). De todos
modos, aunque la decisión es tuya, ten en cuenta la importancia
de la presentación. Algunos prefieren gastar más y
recurrir a los servicios de un corrector profesional de pruebas o a un
redactor de discursos (www.escritores.org).
Ahora
bien, si el discurso debe reflejar el sentir de un grupo, no de tu
propia persona, será importante que tus palabras reflejen lo que
todos sienten. En tal caso, sería conveniente rodearte de
asesores. Otros pudieran preparar el discurso, y tú servir de
portavoz. Incluso puedes leerlo. El auditorio no se resentirá.
Pero es importante que te familiarices con el contenido y ensayes bien
su lectura.
Es
mejor dejar las improvisaciones para las emergencias, cuando no tienes
tiempo para preparar el discurso, o para practicar o ejercitar tu
habilidad para improvisar. En todos los demás casos, es mejor
que te prepares. Ahora bien, la preparación puede ser meticulosa
o somera. Lo importante es prever tantos sucesos imprevistos como sea
posible, sobre todo, qué preguntas podrían hacerte tus
oyentes. Si quieres memorizar un tema, haz clic aquí y
échale un vistazo a estas sugerencias.
Depende.
En la mayoría de los casos los organizadores te dirán
cuanto tiempo disponible tienes. También puede suceder que te
den tiempo libre. En este caso, tu criterio personal es muy importante.
Sería inadecuado explayarte demasiado cuando se trata de una
cena en la que todos están hambrientos desde antes de llegar al
lugar. En tal caso, es mejor ser breve. Pocos tolerarán
más de 5 ó 10 minutos. Y sería muy inapropiado
tener el discurso central de una celebración importante, y
hablar solo 30 ó 60 segundos.
Haciendo clic en los siguientes
links hallarás material que te servirá para preparar
discursos breves:
Pero
no te quedes en lo elemental. Es mejor conocer y entender a fondo las
técnicas y liberarte de la ansiedad de depender de otros para
diseñar y presentar tus discursos. Tenemos páginas
dedicadas a nuestras técnicas exclusivas, que contienen una
mayor cantidad de temas, además de modelos de bosquejos para ser
adaptados a toda clase de circunstancia.
¿Se
casa un amigo o uno de tus hermanos o hijos? ¿Tienes que
preparar unas palabras para despedir a tu jefe o compañero de
trabajo? ¿Viene de viaje un familiar y quieres decir unas
palabras en la reunión de bienvenida? ¿Cumples 25, 50
ó más años de matrimonio y deseas decir lo que
sientes? En realidad son muchas las ocasiones para hablar en
público que pueden someter a tensión a cualquiera,
¡cuánto más si no sabe nada de oratoria! Pero con
un bosquejo modelo puedes adaptarlo a cualquier tema. ¿Por
qué no visitas nuestras páginas de muestra?